Cientos de personas corrieron por las calles de una pequeña población del suroeste de España, persiguiendo y arrojándole rabanitos a un hombre disfrazado de una especie de bestia.
Se trata de la fiesta de Jarramplas que se realiza en el pueblo de Piornal cada 19 y 20 de enero.
Siguiendo la tradición anual, un voluntario del pueblo se colocó el miércoles el disfraz de cintas multicolores y una máscara diabólica con cuernos. Luego salió a las calles, tocando un tambor, para soportar el castigo tanto como pueda.
Los agricultores suministran alrededor de 18 toneladas de nabos (por estos pagos conocidos como rabanitos) para el festival. El origen de la fiesta es incierto, pero la oficina de turismo dice que la figura de Jarramplas representa un ladrón de ganado. Otros dicen que tiene raíces religiosas.
El festival termina el miércoles por la noche con celebraciones musicales y gastronómicas.