El gaucho se acercó, bota en mano, miró al gobernador de Mendoza y lo obligó a un trago de vino.

Alfredo Cornejo, obviamente, no rechazó el ritual y, con algo de habilidad, probó el vino que tanto festejamos los mendocinos por estos días.

Pero eso no fue todo. Una vez que el mandatario provincial bebió de la bota, el desafío fue para la vicegobernadora Laura Montero, quien no tuvo problemas en probar el néctar de la tierra mendocina ¡y sin mancharse su siempre elegante vestimenta!.