Blanca Sotelo, madre del traumatólogo Sebastián Prado, asesinado hace ocho meses en la puerta de su casa en la Sexta Sección, de la ciudad de Mendoza, cerró así su participación en el programa Séptimo Día, entregándole al funcionario una bandera argentina manchada con témpera roja, que simboliza la sangre de los mendocinos muertos a manos del delito.
A pesar del fuerte gesto de la madre de Prado, su participación fue impecable como la de Santiago Conte, hijo de Enrique Conte, también asesinado en la Sexta para robarle como a Prado, pero en plena siesta y hace menos de dos semanas.
A pesar del intenso dolor de ambos, coincidieron en llevar un mensaje de paz, de compromiso y de justicia.
El ministro de Seguridad, Leonardo Comperatore, escuchó atento y habló poco. No polemizó en ningún momento con los familiares de las víctimas. Les dio la razón en su sentir, le recibió la bandera a la mamá de Prado y recalcó que desde su lugar se está trabajando “en la prevención del delito y en los barrios para sacar a los chicos de la calle”. También dijo: “Se está luchando fuertemente contra la droga”.
Durante el cara a cara, Santiago Conte recalcó que la ciudadanía debe involucrarse más con esta problemática: “La gente tiene que entender que tiene un poder enorme, cuando sale a la calle, cuando vota. Este problema viene de hace mucho tiempo, será quizá que no sabemos elegir a nuestros líderes”.
Y sentenció: “Mucha gente se ha sentido tocada con nuestro mensaje, pero creo que hay una forma de mejorar las cosas de una manera más pacífica y no seguir echando nafta al fuego del dolor de las víctimas”.
La madre de Prado por su parte preguntó: “¿Dónde está el pueblo de Mendoza? ¿Qué le pasa que no nos acompaña?”, dejando en claro que la inquieta cierta falta de reacción ante la crisis de seguridad.
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El momento. Blanca Sotelo saca la bandera que luego le entregó al ministro de Seguridad (derecha).