La unificación las elecciones legislativas provinciales con las nacionales le permitirá a Mendoza ahorrarse un buen dinero, que de haber sido desdoblada, habría tenido que poner de su bolsillo el Estado provincial.
Solamente con las PASO (primarias abiertas, simultáneas y obligatorias) la administración del gobernador Alfredo Cornejo evitará costear como mínimo unos $50 millones respecto de las mismas elecciones celebradas en el 2015.
La cifra es sólo de aproximación porque no tiene en cuenta la diferencia por inflación y porque aún falta acordar entre la Provincia y la Nación algunos gastos a afrontar, como el de la impresión de boletas, que podría ser compartido.
Pero más allá de esos detalles pendientes, toda la logística y los costos que tienen que ver con la apertura de escuelas, el pago de las autoridades de mesa, la confección y el traslado de las urnas, y el espacio para los candidatos en los medios audiovisuales de comunicación será soportado por el Estado nacional, lo que eximirá a la Provincia de mayores gastos.
La última experiencia
En 2015 fue diferente porque en ese entonces, el gobernador Francisco Pérez, presionado por su propio partido y por sus intendentes, decidió desdoblar la elección a pesar de que él era partidario de ir unificado con las presidenciales de aquel año.
El desdoblamiento obligó a la administración de Pérez a sacar la billetera y afrontar el costo de las PASO y la general para concejales, intendentes, legisladores y el cargo de gobernador.
Aquel año el gobierno tuvo que desembolsar unos $56 millones sólo para las PASO como consecuencia de la novela del desdoblamiento electoral, que había sido fruto de fuertes disidencias internas en el Partido Justicialista respecto de cómo afrontar la estrategia de ese año.
Uno de los elementos distorsivos que disparó los costos en 2015 fue el promiscuo show de las listas colectoras. En Guaymallén, por ejemplo, hubo casi 70 boletas.
Sólo la impresión de las boletas, que se multiplicaban por decenas en todos los departamentos, le insumió al gobierno de Pérez $31 millones (incluida la elección general), de los cuales $19 millones fueron para imprimir las boletas de las PASO.
Por cada lista que compite en una elección, el Estado debe mandar a imprimir una cantidad equivalente a un padrón completo. Hoy por ejemplo, con el actual padrón provincial, se tendría que imprimir 1.300.000 boletas de cada lista que se postula.
Con el festival de listas colectoras en 2015 la cifra se fue por las nubes.
Este año podría haber sido igual porque el uso de las colectoras sigue habilitado, ya que la ley nacional electoral no las ha limitado.
Sin embargo, el Gobierno provincial contó con mejor fortuna de que no se repitiera la caótica experiencia anterior. Habrá un total de 26 listas colectoras y todas en las categorías de concejales, muy lejos de cantidad que superó los tres dígitos en 2015.
Para comprender el impacto en los costos de impresión, por la menor presencia de colectoras en las próximas elecciones, el Gobierno provincial tendría que afrontar gastos de entre $6 millones y $7 millones (incluyendo la inflación de los últimos dos años) en estas PASO, contra los $19 millones de sus similares del 2015.
Eso, si el Poder Ejecutivo se ve obligado a pagar la impresión de las boletas provinciales lo que aún no está definido.
Falta resolver con la Nación si la Casa Rosada pagará la impresión de la boleta para diputado nacional, que es la que le corresponde, o por un pacto con la Provincia, asumirá el costo de toda la lista incluyendo las categorías de legisladores provinciales y concejales.
Si el gobierno de Cornejo consigue que la Nación lo pague, no tendrá prácticamente que cubrir costos, porque desde el Barrio Cívico señalan que los espacios de publicidad para candidatos los soportarán las arcas nacionales.
Actualmente, el costo de impresión por categoría ronda los 16 centavos. Como la lista de cargos provinciales tiene tres categorías (senadores, diputados y concejales) el costo de una boleta local sería 48 centavos.
Esa cifra se multiplica por todos los votantes del padrón y por la cantidad de listas que participan, lo que lleva a la cifra final aproximada que estaría entre los $6 y 7 millones.
La decisión crucial
La clave de esta fuerte reducción del costo fue la decisión del actual Gobierno provincial de celebrar las elecciones PASO y la general en la misma fecha que las hará la Nación: esto es el 13 de agosto las primarias y el 22 de octubre para elegir a los candidatos que surgieran como ganadores de las anteriores y compiten por el cargo.
Cornejo podría haber desdoblado la legislativa posponiéndola por la nueva Ley Electoral Provincial para el 2018. De haber elegido esa opción, Mendoza habría tenido elecciones para votar diputados nacionales en agosto y octubre, y luego otra PASO y general el año que viene para votar senadores y diputados provinciales, y la renovación de concejales en los municipios.
De hecho, se especuló muchísimo en los círculos políticos con la posibilidad de que la Provincial iba a desdoblar.
Pero además del riesgo de que separar la elección fuera interpretado en la Nación como una falta de acompañamiento del Gobierno de Mendoza a su aliado nacional del PRO en Cambiemos, el gobernador Cornejo era contrario a reeditar un año con múltiples elecciones como en el 2015, que celebró hasta ocho votaciones, de las cuales la Provincia debió pagar cinco.
La decisión de unificar que tomó el Gobierno terminó resolviendo todo el paquete: evitó un impacto político interno negativo ante un desdoblamiento, esquivó el mal humor social de tener que ir varias veces a las urnas y se ahorró mucha plata.