Esta semana se cumplen tres años desde que el Gobierno entregó a organismos de Derechos Humanos parte de lo que fue el centro clandestino de detención y extermino conocido como D-2 y ahora es el Espacio Provincial de la Memoria.
Desde entonces más de 5.000 personas -incluidos alumnos de 100 escuelas lo visitaron y es sede de múltiples actividades.
El D-2 fue el principal centro clandestino de detención que existió en Mendoza. Allí, según comprobó la Justicia, se encarceló a personas a las que se sometió a torturas con picanas, golpes y otros elementos y se abusó sexualmente de varias mujeres.