El celo por el “nuevo” hospital es tan grande que desde el Ministerio de Salud y desde Infraestructura informaron que no podían hacerse imágenes de los avances. La reserva no tendría otra explicación que la enorme necesidad del Gobierno de dar buenas noticias en el área Salud, tras las duros momentos que pasaron el ministro Matías Roby y el propio gobernador Francisco Pérez cuando quedaron en evidencia las fallas en el tratamiento de los pacientes oncológicos, la falta de gestión en el caso de la ambulancia sin nafta del hospital de La Paz, que privó de atención a una persona en sus últimas horas de vida, los problemas sin resolver del sistema de turnos que no pudo terminar con las colas a la madrugada en centros de salud, tal cual prometió Paco alguna vez. Sin contar las consecuencias del paro y las dificultades que pasaron los aspirantes a las residencias médicas por un error en el sistema informático al rendir los exámenes para obtener sus cargos. El Carrillo será mostrado en una amplia campaña de difusión, la cual estaba pensada para ser lanzada el 25 de mayo pasado, pero no pudo ser. Allí quedará reflejada la inversión de unos $47 millones destinados a levantar más de 5.000m2, repartidos entre 3 quirófanos donde se harán los partos, más la guardia, la sala de espera correspondiente, enfermería y una sala de observación. Sesenta camas de internación, 30 para maternidad y otras 30 para pediatría; una sala de cuidados intensivos y una neonatología de baja complejidad. Y una serie de servicios necesarios como depósitos, cocina, un salón de usos múltiples, un grupo electrógeno propio y la base del Servicio Coordinado de Emergencia, que ya funciona desde la puesta en marcha de la primera etapa, hace ya cuatro años. Gustavo Lovato, director del Carrillo, se mostró muy cauteloso respecto a una fecha de apertura, pero sí aclaró que “será inaugurado cuando se pueda usar. Yo estuve en la inauguración de la primera etapa y los primeros 20 días todo era un caos” . Agregó que “en esta etapa nueva, será un hospital materno-infantil de baja complejidad, esto significa que tendrá obstetricia de baja complejidad, solo partos normales, pediatría de baja complejidad, nada quirúrgico, como internaciones por cuadros respiratorios. No habrá quirófanos porque acá no se harán cesáreas ni otro tipo de cirugías. Todo lo que llegue acá, serán partos con los cinco controles correspondientes, de mamás que ya hayan tenido un parto vía vaginal, es decir que su pelvis se haya probado y un bebé de peso normal. Si sucediera que un parto no progresa, de inmediato lo derivamos al hospital Lagomaggiore”. El objetivo del Carrillo es aliviar la tarea del Lagomaggiore, tomando la asistencia de unos 2.000 partos normales que se producen sólo en Las Heras, más otras 4.200 consultas pediátricas derivadas del Humberto Notti.
Características Sesenta camas. El proyecto original indica que tiene capacidad para 90 camas para internación, pero lo que fue construido hasta ahora sólo tendrá 60, repartidas de igual modo entre maternidad y pediatría.
Baja complejidad. Todos los servicios y recursos humanos están destinados a cubrir casos clínicos, como enfermedades respiratorias y partos con garantía de ser normales.
Más de dos décadas para terminar de construir este centro asistencialEl hospital materno infantil de Las Heras comenzó como un proyecto municipal a fines de la década del ’90, pero fue licitado recién a principios del 2008, para empezar a construirse en noviembre de ese año.
Si bien tenía en principio un plazo de ejecución de 10 meses, la crisis económica de ese momento demoró el ritmo de esta obra pública. Fue Celso Jaque quien lo presentó como “la obra” del Bicentenario, pero no tenía ni presupuesto ni cloacas ni personal asignado, tampoco los equipos funcionando a pleno.
Cuatro años después, parece tener fin un proceso de más de 24 años.