Las alertas con respecto a los engaños telefónicos nuevamente se encendieron en Mendoza luego de que dos familias cayeron en las extorsiones y pagaron 21 mil dólares por falsos secuestros.

Estos son los consejos para no ser víctima de un secuestro virtual

Por UNO

Esta semana dos familias de Mendoza fueron víctimas, nuevamente, de secuestros virtuales. Los malviventes realizaron 13 llamados en el Gran Mendoza y zona Este pero sólo dos personas entregaron dinero para salvar a sus seres queridos.

Estos hechos despiertan, una vez más , las alertas con respecto a estos falsos secuestros que tienen como víctimas a adultos mayores.

Consejos para evitar caer en los engaños:

No brindar ninguna información personal, de un familiar, de actividades que se realicen o de los bienes que se posean.

Advertir a los niños en el caso de que éstos acostumbren a atender el teléfono, para que no den esa información a desconocidos.

Más allá de cualquier amenaza que se pueda recibir por teléfono, cortar inmediatamente la comunicación, tratando en lo posible, de anotar el número de teléfono desde el cual lo han llamado.

En caso de no poder anotar el número, o si llaman desde un número desconocido, cortar de todos modos la comunicación telefónica.

Tratar de ubicar a sus familiares. Si no puede hacerlo comuníquese con otras personas que puedan a su vez ayudarlo a contactarse.

Contactar inmediatamente a la policía a través del 911 o los números de la comisaría local.

Secuestro virtual

Se llama secuestro virtual al accionar delictivo por medio del cual un delincuente, a través de un llamado telefónico en el que dice tener secuestrada a una persona, trata de obtener dinero o cosas de valor (códigos de tarjetas telefónicas, por ejemplo) por parte de un familiar y/o conocido de la persona presuntamente secuestrada.

En general, esta práctica se inicia con una llamada telefónica -puede ser a un celular o a un teléfono fijo- y comunican que “ha ocurrido un accidente de tránsito y que una de las víctimas tenía entre sus pertenencias el número al que está llamando”; que “lo deben llevar al hospital y necesitan sus datos” o que “ha ingresado de urgencia a un hospital y necesitan corroborar sus datos”. Quienes llaman pueden identificarse como personal policial o del hospital.

Aprovechando la preocupación y la desesperación que generan este tipo de llamadas, intentan obtener más datos sobre la familia o los bienes personales de quien ha atendido el teléfono. En otros casos, quien llama puede poseer ya esa información y la utiliza para hacer más creíble su relato.

Luego, quien llama suele decir directamente que se trata de un secuestro y solicita un rescate. En ocasiones es posible que corten y vuelvan a llamar; sobre todo cuando llamaron en primer lugar a un teléfono fijo. Asimismo, algunas veces suelen hacer hablar a una persona que se hace pasar por el familiar o conocido presuntamente secuestrado y que solicita ayuda llorando.

En algunos casos, a quienes reciben esas llamadas telefónicas se les pide que compren una cierta cantidad de tarjetas telefónicas para celulares y que les pasen por teléfono las claves de las mismas.