Una pregunta que no tiene respuesta. Se repite cada año, pero el silencio es el mismo y no deja de doler.
En la escuela Virgen del Rosario de Lavalle se realizó un mural, al que se le agregó el quinto signo de interrogación, por los cinco años de la desaparición de Johana Chacón. Es simple, pero al mismo tiempo es tan perfecto que asusta, que duele en el alma.
Debajo de su nombre aparece otro. El de una mujer que tampoco se olvida. Se trata de Soledad Olivera.
La desaparición de ambas sacudieron a Lavalle y a Mendoza y los dos casos tiene como acusado a Mariano Luque.
Luque fue encarcelado en 2012 por el caso Olivera y ahora está acusado principalmente por el testimonio de Beatríz Chacón, quien fuera su pareja y lo defendiera durante un debate en que terminó absuelto.
Sin embargo, después contó que el día que Johana desapareció de su casa, estaban solo ella y Luque.
Afirmó que hubo una discusión y que el hombre la estranguló y la mató. Después quemó su cuerpo y su mochila en un tacho con alquitrán, enterró los restos y luego los cambió de lugar.
Esa declaración fue suficiente para detener a Mariano Luque, quien luego recuperó la libertad y más tarde volvió a la cárcel, en donde se está actualmente esperando el juicio acusado de homicidio simple.
