En 2004 hubo una tragedia vial en la ruta que une las ciudades de Palmira y San Martín, que dejó cuatro muertos.

Después de 2 años en amarillo, ya funcionan tres semáforos de la ruta 50

Por UNO

Hay dos maneras de contar esta historia. La primera, mezclando lo fantástico con lo real. Esa es la más amable. La otra es descarnadamente real e histórica, casi despiadada.

La primera dice que esta semana aparecieron tres semáforos entre Palmira y San Martín. Nunca nada había separado a las dos ciudades, salvo los 5 kilómetros entre una y otra.

Ahora hay tres semáforos, y hasta cuatro si se le suma uno que apareció hace 15 días en la última salida del barrio San Pedro.

Esta semana, multitudes se amontonaron al pie de cada uno, debatiendo el significado y las consecuencias de la novedad.

Don Segundo Argüello, de Villa Alimentación, salió a la plaza del barrio y a los gritos convocó a los vecinos. "Esto es el comienzo del final", dijo, y presagió que en breve los tres semáforos se pondrían en rojo indefinidamente y las dos ciudades perderían contacto para siempre.

Recomendó que las parentelas que están esparcidas en las dos ciudades se reúnan lo antes posible para despedirse.

Sugirió que los noviazgos interciudades se den por concluidos sin escándalo y que las amistades se den por disueltas y que sean acomodadas en el desván de las cosas más añoradas.

Después de decir esto, don Segundo Argüello se fue hasta lo de su colega sanmartiniano Arístides Domínguez. Juntos dieron cuenta de una damajuana de barbera y después se dieron la mano por última vez.

La segunda manera de contar esto, la espantosamente real, dice que esta semana se habilitaron tres semáforos en los cinco kilómetros que unen Palmira con San Martín después de 14 años de reclamos y de dos años de que titilaran inútilmente en amarillo.

Pero para entender toda la historia hay que retroceder 14 años, a las 11.30 del 3 de mayo de 2004.

Cuatro personas murieron esa mañana, frente al barrio Venier, ese mismo que ahora tiene ingresos con semáforos.

El 3 de mayo de 2004 un colectivo de la línea Nueva Generación embistió de atrás a un Fiat 128, y ambos colisionaron con un Dodge 1500 que venía de frente, un auto que supuestamente era un remís trucho. Como resultado del violento impacto fallecieron en el acto los dos ocupantes del Fiat 128 y dos de las cuatro personas que viajaban en el Dodge 1500.

El colectivo embistió al Fiat 128, que estaba esperando poder ingresar al barrio. El impacto desplazó al auto y al colectivo hacia el carril contrario y el Dodge, que venía en sentido contrario pero sobre su mano, los chocó de frente.

Además de los cuatro muertos hubo dos heridos graves, que quedaron con secuelas permanentes.

El accidente, que fue solo uno de los tantos que se han producido en ese tramo de la ruta 50, generó cortes de ruta como reclamo vecinal.

Esas quejas hicieron que, vulnerando una legislación aún vigente, se construyeran lomos de burro sobre la ruta, tratando de obligar a los conductores a circular a menor velocidad. Esto tuvo un resultado relativo, ya que de 2004 a la actualidad se siguieron produciendo accidentes, con muertos y heridos.

Finalmente en junio de 2016, doce años después de la tragedia de mayo de 2004, se colocaron semáforos financiados con dineros del plan nacional del kirchnerismo Programa de Mejoramiento Barrial (Promeba).

Uno se colocó en ruta 50 y calle pública, en la salida oeste del barrio San Pedro.

También se colocó otro en ruta 50 y Míguez, un tercero en ruta 50 y calle El Olmo, y el último en ruta 50 y calle Los Sauces.

Los semáforos quedaron titilando en amarillo, para que los conductores comenzaran a incorporar la existencia de los semáforos.

Pero la habilitación definitiva tardó... más de dos años. Primero se habilitó, hace cerca de un mes, el semáforo de la salida del San Pedro.

Los otros tres recién entraron en funcionamiento esta semana.

El intenso tráfico entre San Martín y Palmira tendrá ahora que adaptarse. Será más lento el tránsito, pero también más seguro.

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