Mientras el fin de semana usted disfrutaba de remolonear en la cama hasta tarde o de comerse un asadito en familia, Carlos de Borbón seguía su investigación científica sacudiendo plantas para encontrar insectos. La perseverancia del investigador lo llevó, al mimo tiempo que cualquier otro cristiano domingueaba, a descubrir nuevas especies de bichitos que para un ojo no experimentado hubiesen pasado totalmente desapercibidas.
De un tamaño diminuto, sin el microscopio y a simple vista es casi imposible ver en dónde está el ahora bautizado Frankliniella juancarlosi (en referencia a Juan Carlos, el padre fallecido de Carlos). Pero el investigador, luego de años de agudizar su vista para descubrir insectos, se dio cuenta de que estaba frente a una nueva especie.
Carlos es ingeniero agrónomo e investigador del Laboratorio de Entomología de la Estación Experimental Agropecuaria del INTA en "Tenemos que plantear el control biológico de plagas como una meta y hay que hacer investigación en eso. En Mendoza se podría usar en invernaderos" (Carlos de Borbón, investigador del INTA).
Fuente: Diario UNO de Mendoza