El nacimiento de Manu Heredia, el cantante
Antes del asalto, Manu trabajaba en un hipermercado en el área de limpieza y hacía delivery en la pizzería. También estudiaba comedia musical. La música siempre había estado presente, pero no era su medio de vida.
Todo cambió después del disparo. “La música fue mi salvavidas”, dice. Primero se animó a cantar en las calles del Centro, en la esquina de San Martín y General Paz, donde su voz cálida y potente se volvió un imán para mendocinos y turistas. Luego llegaron los shows privados, los restaurantes, los cumpleaños. Hasta tiene un club de fans en Mendoza.
“Cuando un libro no les interesa, déjenlo”, les decía una de sus maestras. Manu parece haber aplicado esa filosofía a su vida: cuando algo ya no sirve, cuando una tragedia lo derriba, elige otra página, otra canción, otro camino.
La campaña que lo llevó hasta China para lograr mejorar
En 2023, después de años de rifas, bingos, colectas y shows a la gorra, Manu logró algo impensado: viajar a China para someterse a un tratamiento experimental con células madre. La pandemia lo había frenado en 2020, cuando ya tenía todo listo, pero su tenacidad pudo más.
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"Mi nombre artístico surgió por casualidad y hoy es marca registrada", dijo Manu.
El procedimiento, aunque no le devolvió la movilidad total, le dio un pequeño gran avance: más fuerza en la zona abdominal. “Bajó un poco la lesión”, cuenta. Y, sobre todo, le dejó intacta la esperanza.
El presente, entre canciones y milanesas
Hoy Manu vive en Guaymallén, solo, en un pequeño departamento alquilado. “Pago alquiler, impuestos, todo lo que implica llevar adelante una casa. Es muy difícil porque no tengo estabilidad económica”, explica.
Además de cantar en la avenida San Martín o en eventos, impulsa un emprendimiento de milanesas y productos congelados. Cada semana organiza pedidos y entregas. “Es todo un tema: hay que invertir, comprar mercadería, preparar, repartir. A veces se vende, otras no tanto”, confiesa.
Su día a día es una mezcla de esfuerzo, incertidumbre y esperanza. “He ido al centro a cantar y no me fue bien. Un día hice 15 mil pesos, pero 14 mil se me fueron en pagar el remis. Me quedó mil. Imaginate. Es muy difícil”, cuenta.
Una carta abierta que conmovió a Mendoza
Hace pocos días, Manu decidió dar un paso más: escribir una carta abierta a la sociedad mendocina.
“No estoy pidiendo caridad. Quiero trabajar”. “Tengo voluntad, responsabilidad, experiencia. Necesito un trabajo estable que me dé tranquilidad”.
En la carta, publicada en su Facebook, relata su historia, su presente y la falta de respuestas del Gobierno provincial, al que ya había presentado su pedido de empleo. “No puedo quedarme esperando sentado. Por eso decidí viralizarlo”, explica.
Y funcionó: desde que publicó el texto en redes sociales, recibió cientos de mensajes de apoyo y pedidos de currículum. “El cariño de la gente me emociona. Ojalá que de ahí salga una oportunidad real”.
El porqué de Manu Heredia, su nombre artístico
El nombre artístico de Manu Heredia tiene detrás una historia que revela tanto creatividad como supervivencia. Cuando fue baleado en 2014, su nombre real, Emanuel Rodríguez, apareció en todos lados: redes, diarios, noticias. “Mi familia estaba muy asustada, querían cuidarme como si fuese un bebé”, recuerda Manu. Los mensajes comenzaron a llegar, no de amenazas directas, pero sí de personas señalando a los responsables del asalto, información que le resultaba invasiva y difícil de manejar mientras se adaptaba a la silla de ruedas.
manu heredia necesita ayuda
"Le digo gracias a la comunidad mendocina, que siempre me dio una mano y me apoyó", dijo Manu.
Para protegerse y preservar su privacidad, decidió crear un nombre artístico: Manu, de Emanuel, y Heredia, el apellido de su mamá. “De esta forma nadie me iba a conocer, nadie me iba a ubicar, nadie me iba a molestar”, explica. En ese momento, la música era apenas un hobby, una manera de mantenerse activo y conectado con su pasión, pero no pensaba en dedicarse profesionalmente a ella.
Con el tiempo, sin embargo, el nombre se consolidó. Cuando lanzó la campaña para viajar a China y someterse al tratamiento de células madre, la prensa y las redes comenzaron a viralizarlo: “Manu Heredia, Manu Heredia, Manu Heredia… y nada, la gente me empezó a ubicar de esa manera y quedó artístico, quedó mucho más fácil para la gente”. Curiosamente, un nombre que había sido pensado para pasar desapercibido terminó convirtiéndose en su marca, en la forma en que todos lo reconocen hoy, cuando su música y su historia de resiliencia inspiran a Mendoza y más allá.
Padre, trabajador y soñador
A sus 40 años, Manu también es padre de un adolescente. Aunque el chico vive con su madre, Manu lo acompaña y colabora con lo que puede. “La relación con su mamá es muy buena, me entiende mucho. Pero no me gusta estar tan ajustado. Quiero trabajar y darle tranquilidad a mi hijo”, insiste.
Lejos de rendirse, sigue adelante. "No quiero dejar de cantar ni de hacer mi emprendimiento, pero sí necesito un bajo estable. Poder decir: con esto pago mi casa, mantengo a mi hijo, vivo tranquilo”.
Manu Heredia transformó el dolor en música, la silla de ruedas en un escenario, y la adversidad en oportunidades.
“Podría estar muerto”, dijo, en diálogo con Diario UNO, sin dramatismos. “Pero estoy vivo, canto, trabajo y tengo proyectos. No quiero compasión, quiero una oportunidad”.
Su pedido es claro y conmovedor: “No estoy pidiendo caridad. Quiero un trabajo digno.”
Contacto de Manu Heredia:
WhatsApp: 261-3441168 / 261-2570763