El juez federal Sebastián Casanello resolvió que el empresario Lázaro Báez y su contador, Daniel Pérez Gadín, ambos detenidos por supuesto lavado de dinero, queden alojados en el penal de Ezeiza, aunque ambos adujeron problemas de salud y serán alojados en el Hospital Penitenciario Central, ubicado dentro del mismo complejo.
Según trascendió, Lázaro Báez dijo tener hipertensión y diabetes, por lo que indicó que necesitaba medicación.
Asimismo, Báez dejó trascender una frase inquietante en las horas previas a su presentación en el juzgado de Casanello. "Es hora de contar mi verdad", fue lo que que Báez le transmitió a su entorno y al portal OPI Santa Cruz, luego de ser detenido en el aeropuerto de San Fernando, por orden Casanello.
Si bien el empresario se negó este miércoles a contestar las preguntas del magistrado, esos dichos tuvieron gran repercusión en las horas previas por ser considerados como un mensaje para la familia de la ex presidenta Cristina Kirchner.
Y es que la relación entre la familia Kirchner y la familia Báez -bajo sospecha de mantener un vínculo comercial- se rompió apenas terminó el gobierno de la ex presidenta.
Los cortocircuitos no tardaron en hacerse públicos apenas se conoció el video en el que aparece Martín Báez, hijo del empresario, contando dólares en la financiera SGI.
Tras esa revelación, la gobernadora de Santa Cruz, Alicia Kirchner, salió rápidamente a negar que su familia fuera socia de Báez y seguidamente el extitular de la AFIP y actual auditor general, Ricardo Echegaray aseguró que el empresario iba a "terminar preso".
Inmediatamente después, Báez disparó: "Yo puedo explicar mi patrimonio, ellos no".