Soy fierrero de alma, soy fanático de Omar Martínez, me gusta el automovilismo, pero también estoy a favor de la denominada perspectiva de género que repudia todo tipo de violencia, en especial a la mujer que es víctima del peor machismo.
Dicho esto, recuerdo que corrieron ríos de tinta, se hicieron programas, informes especiales, se habló -como correspondía, porque el hecho fue grave-por varias semanas de la afrenta que sufrió una promotora entrerriana a manos de pilotos del TC que la grabaron manteniendo sexo. Esta acción deleznable y repudiable que ocurrió el año pasado, fue ejecutada entre otros por Mauro Giallombardo y Juan Bautista De Benedictis.
La verdad que no estaba al tanto de lo que estaba haciendo por estos tiempos Giallombardo, hasta que miré, leí y escuché a varios medios de Paraná, la provincia y a nivel nacional que le estaban haciendo notas a este muchacho. Estaba por correr en el circuito de la capital entrerriana y la verdad que me sorprendió porque, incluso, algunas de las cronistas que preguntaban y casi lo aplaudían al piloto, eran mujeres.
Esto me lleva a decir, por ejemplo, que Diego Maradona como deportista fue el mejor, pero como persona deja mucho que desear, y en muchos sectores se lo hacen sentir.
Estuve esperando, de la misma manera, las reacciones de los colectivos de defensa de la mujer, las que con gran justicia y lucha lograron imponer el Ni una Menos.
No tengo conocimiento de que la Asociación de Corredores de Turismo Carretera (ACTC) haya sancionado a los dos pilotos por "el chiste de difundir el video", escuché por ese tiempo que iba a haber pedidos de investigaciones judiciales o al menos exigencias de pedido de disculpas públicas. Muchas y muchos se rasgaron las vestiduras por lo que hicieron los pilotos y se pusieron en lugar de la pobre piba.
No sé bien, entonces, porqué se fue tan leve con Giallombardo y todo quedó ahí. Porque forma parte del circo del TC que mueve mucho dinero, porque hay otros intereses comerciales, empresariales o políticos. La verdad es que no sé, lo único que observo es que en un primer momento se cuestionó severamente -como debe ser- al piloto. Literalmente se lo mató en los medios y en la redes sociales, sin embargo el tiempo pasó. Y se dio el absurdo de que esta persona repudiada socialmente, ayer recibiera los aplausos, las felicitaciones por ser parte de la categoría. Nadie le dijo nada ni le recordó, o al menos le preguntó, si estaba arrepentido o por qué no pidió disculpas o si hizo algo para reparar el daño. Al contrario, quedó como un macho que pisotea y humilla a una mujer y todo el mundo lo elogia.
Me habían contado que los argentinos éramos ambiguos, pendulares, hipócritas, contradictorios. Y ayer ni un solo cartel, ni un comunicado de prensa, ni una conferencia de prensa, ni una movilización, nada para marcar la presencia de este hombre que hasta el año pasado fue criticado. Ningún repudio. Nada de nada. Este fin de semana pasó, como si el tiempo fuera el mejor testigo de que también en Paraná hay mucha demagogia barata.