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El ministro de Economía Luis Caputo y el presidente Javier Milei en Estados Unidos. ¿Cuál es el futuro de las economías regionales?
El diagnóstico del economista Hernán Letcher: “Milei cree en un país sin industria”
Invitado por el kirchnerismo local a una charla con empresarios, el economista líder del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) analizó el presente de la producción argentina. “Todo aquel que se dedique a la producción en la Argentina, hoy está muy preocupado y en una situación complicada”, dijo.
El esquema cambiario, la falta de consumo y consecuente caída de ventas, y la apertura importadora, han hecho estragos en materia de producción, analiza el especialista. Pero a eso, además, se le suma que “hay políticas en contra de la producción”.
Para Letcher, Milei no tiene interés en la industria y, mucho menos, en la generación de empleo. “El Presidente cree que la economía argentina debe desarrollarse vinculada con determinados sectores que no son los que, mayoritariamente, generan puestos de trabajo”, reflexiona.
Y se apoya para ello en el comparativo de la actividad económica de cualquier mes del 2025 versus el mes equivalente al 2023: “Lo que encontrás es que cayó en industria, construcción y comercio, que generan el 45% de los puestos de trabajo y por el otro lado los que crecieron son el sector agropecuario, la intermediación financiera y la minería”, que generan el 9%.
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Hernán Letcher pasó por Mendoza, se reunió con empresarios y candidatos del peronismo y habló con Diario UNO sobre economías regionales.
Con ello, Letcher explica que las decisiones que va tomando el gobierno nacional hace que algunas actividades ganen y otras pierdan, y “las actividades económicas a las que les va bien no generan puestos de trabajo”.
Esta situación no se revertiría con medidas como el RIGI, dice el asesor del peronismo. ¿Por qué? “Porque tomando todos los proyectos actuales, los puestos de trabajo potenciales directos solo llegan a 3.500; cuando ya se han perdido 150.000 en lo que va de la gestión”.
Letcher considera que “Milei cree en un país que la industria no solo no tiene centralidad, incluso no debería estar”. Y parándose en esa premisa analiza: “Podemos ser un país de servicio como Australia pero, ¿Quién nos financiaría? ¿Cómo sería el proceso? Porque abrir indiscriminadamente la economía no funciona. El gobierno propone que seamos Perú, que tiene el 70% de empleo no registrado. Eso, plantea el ministro de Economía Luis Caputo, es una gran ventaja porque permite la rotación de los trabajadores”.
Entre las diferencias que el economista Hernán Letcher marca con el gobierno nacional se encuentra el diagnóstico de la crisis económica del país: “La Nación sostiene que es el déficit fiscal, pero la piedra en el zapato es la falta de dólares, y una economía que demanda más dólares de los que genera”.
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Para Letcher, el principal problema de la Argentina es la falta de dólares en una economía que demanda más de lo que genera.
Y ante ese presente, para Letcher, el acuerdo con Estados Unidos, la baja de retenciones y las restricciones cambiarias son “pan para hoy y hambre para mañana”.
Y explica: “El gobierno decidió un dólar electoral a mediados del 2024. En ese momento el tipo de cambio real multilateral estaba en valores equivalentes a cuando asumió Milei, y él mismo decía que estaba atrasado. Lo que hizo para llegar hasta hoy sin dar un salto discreto del tipo de cambio fue inyectar dólares constantemente:
- 20.600 millones de dólares del blanqueo.
- Más de 15.000 millones de dólares del Blend.
- Suscribieron Bopreales por 10.000 millones de dólares.
- Otros 3.000 millones de dólares por el REPO con bancos privados.
- 14.400 millones de dólares del FMI.
- El bono Bonte 2030 inyectó 1.500 millones de dólares adicionales.
- La anterior baja de retenciones generó un diferencial de 8.000 millones de dólares.
- Y los préstamos de organismos multilaterales también sumaron otros 6.000 millones.
“Inyectaste 80.000 millones de dólares para sostener un tipo de cambio y una hoja de ruta cambiaria que a todas luces no resiste. En la última semana, metiste 7.000 millones de dólares más y te duró una semana. ¿Y la solución es que ahora te inyecte dólares Estados Unidos?”, reflexiona y asegura que no pide una devaluación, pero advierte que “el problema es una olla a presión” y que no se ven muchas otras salidas.
Ante este escenario, lo que el economista aconseja al empresario pyme de Mendoza es, por un lado, que “reclame que le cambien las reglas de juego para que le permitan producir”; y por otro, que busque nichos de negocio que le permitan diversificar, mejorar la productividad y administrar mejor la situación crítica.
El diagnóstico del liberal Fernando Galante: “Equilibrio inestable, pero con potencial”
El escenario hoy, para el economista mendocino Fernando Galante, es de incertidumbre. Si bien entiende que el acuerdo con Estados Unidos ayudó a anclar expectativas extremas, lo cierto es que, a 20 días de las elecciones de medio término, estamos en “una especie de equilibrio inestable”.
Lo que hizo el gobierno nacional fue pedirle prestada a Estados Unidos su confianza. Pero solo con eso no alcanza y de ahí el nuevo viaje que emprendió Javier Milei para reencontrarse con Donald Trump, analiza Galante.
Para el economista liberal, especialista en mercado de capitales, se puede esperar una intervención “testimonial” en las reservas y el tipo de cambio.
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Fernando Galante, economista liberal.
La fecha clave para el rumbo económico es el 26 de octubre, día de las elecciones legislativas. Mientras tanto, el escenario de volatilidad, con poca actividad económica e inversiones, se mantendrá. De ahí que, en el camino, el gobierno intenta “construir avances políticos en busca de gobernabilidad”.
En un escenario de empate, “no habrá un shock de confianza, lo que obligará a reformular el plan económico y se vendrá más presión del FMI. Si el gobierno gana, Argentina podría beneficiarse de un contexto internacional que ha mejorado; y si pierde, afrontaremos un nuevo proceso de incertidumbre e inestabilidad política”.
Por eso, ante esta realidad y a diferencia de lo que marca Letcher, Galante rescata el RIGI: “Es una herramienta positiva de desarrollo que da estabilidad en medio de la incertidumbre”. Lo que pasa, aclara, es que los efectos no se ven, porque no son inmediatos.
“La realidad de Mendoza no es muy distinta. Está todo parado más o menos desde mayo”, analiza Galante. Desde esa época convergieron errores propios del gobierno nacional y un enrarecimiento político de la situación argentina producto de las elecciones, que pusieron un freno a “las decisiones de consumo, de contratación de mano de obra, de producción”.
Errores como “pecar de optimista”. El gobierno, describe el economista ya con el diario del lunes, se equivocó en su apuesta por la remonetización en dólares: “Creyó que la gente confiaba en sus decisiones, en el cambio, en el camino y que tenía las elecciones ganadas. Intentó modificar la forma en que se tratan los dólares del colchón y abrió el cepo para brindar confianza; pero como respuesta, la gente no solo no invirtió sus dólares sino que fue y se dolarizó. El gobierno desmereció el vuelco a la dolarización que el argentino hace en época electoral”.
Y además, analiza, el desarme de las Lefis generó una suba en la tasa de interés que terminó impactando en la actividad económica.
A pesar de estas decisiones que afectaron la recuperación económica durante el 2025, Fernando Galante asegura que el cambio es el camino y que, en el nuevo esquema económico que plantea el mileísmo, Mendoza tiene un potencial de producción minera y energética.
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Las economías regionales ya no podrán confiarse en el tipo de cambio para ser competitivas.
Lo que sí seguirá habiendo es presión sobre el tipo de cambio, lo que obliga a los productores a buscar competitividad en otro lado: “La vitivinicultura tiene que hacer un lobby fuerte porque se concreten acuerdos comerciales. Mientras siga entrando a mercados con impuestos muy fuertes, seguirá perdiendo. Pero de lo que se tiene que olvidar es de competir con el tipo de cambio”, aconseja Galante a los empresarios.
“Había que corregir malas políticas económicas”, reflexiona el economista sobre el pasado y las decisiones que tomó el gobierno nacional. Y en ese proceso, “no podemos ilusionarnos con salir rápido. Se va camino a tener un Banco Central sano, con baja del índice de pobreza y la desigualdad”.
Economías regionales en pausa
Tanto Letcher como Galante coinciden en que la economía real atraviesa un tiempo de pausa. La producción, el consumo y las decisiones de inversión están condicionadas por la incertidumbre política y la falta de un horizonte claro.
Y aunque mientras uno reclama políticas activas que protejan la industria, y el otro apuesta a consolidar confianza y estabilidad macro, ambos reconocen que, hoy por hoy, la economía argentina transita un compás de espera que necesita de un plan económico previsible.