En definitiva, una estrategia para equilibrar cargas. Pero, según quienes están en el negocio de vender nafta y gasoil, que sea sostenible depende de al menos 3 factores variables: tipo de cambio, el precio internacional del petróleo y los impuestos.
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Para Rodríguez, de Amena, la baja del precio de combustibles llega con un repunte de ventas, pero advirtió sobre impuestos congelados
Baja de precio con leve mejora de ventas
Para Rodríguez, la decisión de aplicar una rebaja del precio en los surtidores llega en un mercado que intenta recuperarse de un mal año.
El presidente de Amena reseñó que "después de 15 meses seguidos de baja de ventas de diferente significancia recién en marzo hubo un leve repunte de 0,89%".
En una mirada prospectiva, aseguró que "resta saber si esto es un brote verde o definitivamente marca tendencia".
Dólar y barril, los que "mueven la aguja" en surtidores
Sin ilusionarnos con una habitualidad, es decir, que la buena noticia de pagar menos por el combustible se repita seguido ¿qué tan sostenible puede ser la decisión en el tiempo?.
"Difícil asegurarlo, porque depende de factores que no son propios de la economía argentina, en un contexto geopolítico complejo para el mundo", analizó Rodríguez, sobre la baja del precio del petróleo Brent, la referencia argentina.
Es que el barril bajó de U$S74 a U$S63 en casi un mes, en medio de la guerra comercial desatada por Estados Unidos por la suba de aranceles a sus principales competidores/socios. Medida que no tardó en sacudir al negocio petrolero mundial.
Sí depende de la política económica del gobierno de Javier Milei lo que son las "bandas" en las que se mueve el tipo de cambio sin cepo. Un tipo de cambio que, por el momento, se mantiene más cerca de la banda inferior de $1100 por dólar.
Impuestos internos, con un atraso del 14%
Una decisión concatenada con otra. Es que además del tipo de cambio y de la cotización internacional del barril de petróleo tipo Brent, una de ellas sí depende de un gobierno no dispuesto a "quemar los libros" en su estrategia anti-inflacionaria.
Por eso, los empresarios asumen que las sucesivas prórrogas (en los últimos 8 meses) del traslado del impuesto interno a los combustibles desde 2024 pueden ser un factor de riesgo a la larga o a la corta.
El análisis apunta a "un atraso que ronda el 14% tanto en el impuesto a los líquidos como al dióxido de carbono, que con la baja del precio se ha vuelto más grande todavía".
Por eso, no son pocos los que advierten que en algún momento el gobierno deberá descongelarlos. Y eso puede volver a impactar en el precio de la nafta y los otros combustibles.