Ese motor de la economía que es la construcción consume el 16% del agua potable que hay en el mundo, uno de los recursos fundamentales que más está sufriendo el cambio climático. En Mendoza desde hace unos años se viene impulsando las utilización de una construcción sustentable, en seco, que además e ser mas liviana y económica y no utilice agua.

El crecimiento demográfico, la contaminación, la sobreexplotación, la pobreza hídrica y la existencia de grandes edificaciones ineficientes, son causas suficientes para que se reduzca el agua a nivel mundial.

Se estima que el 70% del planeta se encuentra cubierto por agua, y sólo el 1% es agua dulce. A todo esto debemos sumarle que nuestra provincia es una zona desértica, donde por noveno año consecutivo el Gobierno debió declarar la Emergencia Operativa de Agua Potable, que se aplica ininterrumpidamente desde 2010.

El cuidado del agua exige una actuación a todos niveles y en todas las actividades económicas. En lo que compete al sector de la construcción es responsable del 16% del consumo mundial de agua. 

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En obra en la producción de materiales

El agua está presente en cada ciclo de la construcción: no solo en las fases de ejecución de obra y en la obra concluida, sino también en la producción de los materiales que son utilizados para la construcción de dicha edificación, los que pueden requerir grandes cantidades de este recurso hídrico.

Una construcción sustentable debe velar por reducir el impacto sobre el ciclo del agua en todas sus fases, incluyendo los procesos constructivos lo que implica un uso racional evitando la contaminación de napas freáticas y flujos de agua.

Por investigaciones realizadas en el año 2016 se pudo determinar que el consumo de agua para la construcción tradicional es de 684,16 litros por metro cuadrado cubierto. Lo que significa que una casa de 100m2 consumirá 68.416 litros de agua potable.

Un poco mas de la mitad del agua que se consume en el proceso de la construcción, es vertida de vuelta a los causes y esta agua vertida está contaminada. El resto se evapora o se queda encriptada en el proceso constructivo.

Motivo por el cual es importante, dentro del proceso de selección de materiales, sistemas y procesos constructivos, tener en cuenta la repercusión que estas decisiones van a tener en el consumo directo e indirecto de agua en la edificación.

De forma general, “el consumo global de agua durante el proceso de fabricación y puesta en obra de un producto disminuye cuanto más finalizado sale de fábrica y menos operaciones son necesarias en obra para su instalación y acabado. Los sistemas industrializados requieren habitualmente un menor consumo de agua que los tradicionales in situ.

*Fuente: Ficha trabajo de Colegio de Arquitectos de la Ciudad de Buenos Aires.