El coordinador de Salud Sexual y Reproductiva, Daniel Teppaz, cuestionó también los planteos que advierten sobre la legalización como "un negocio para las clínicas privadas". Más bien, consideró, "el negocio existe hoy, los abortos se hacen clandestinamente y en un circuito donde la mujer es quien aporta todo el dinero. Obviamente, a las obras sociales, prepagas y los sindicatos no les interesa que sea legal porque ya no tendría que ser la mujer a que desembolsa el cien por cien del gasto. Con la clandestinidad, los costos siempre son mayores, lo que pasa es que lo que miramos es quien lo paga", sostuvo.
Y comparó la situación con las prácticas de anticoncepción quirúrgica, ligaduras tubarias y vasectomías.
"Estaban prohibidas, pero se hacían igual y se cobraban aparte. Cuando se legalizaron, los costos bajaron enormemente porque los honorarios médicos se regularon. La ley no va a subir los costos, sino que va a sincerarlos".