Durante el tercer Foro de la Franja y la Ruta para la Cooperación Internacional celebrado el mes pasado en Beijing, empresas chinas y latinoamericanas firmaron 26 acuerdos de colaboración de proyectos por un total de u$s 6.230 millones.
América Latina es una de las regiones clave para la cooperación entre China y los países en desarrollo. Según el Ministerio de Comercio de China, actualmente, el país asiático es el segundo socio comercial de América Latina, y esta última es el segundo destino de la inversión extranjera china.
El año pasado, el valor total del comercio entre China y América Latina alcanzó los u$s 485.800 millones, un aumento interanual del 7,7 %. Las exportaciones chinas de equipos mecánicos y productos de nueva energía a América Latina han mantenido un rápido crecimiento, afirmó el ministerio.
A la cumbre asistieron representantes de China y 26 países de América Latina y el Caribe. Durante la ceremonia de apertura, se dio a conocer la Iniciativa de Beijing para la Cooperación Empresarial China- América Latina y el Caribe.
Según la iniciativa, las dos partes impulsarán los intercambios y la colaboración en la economía digital, incluida la transformación digital de las industrias tradicionales, y promoverán la cooperación agrícola, ya que ambas partes son altamente complementarias en la agricultura y las perspectivas de cooperación son prometedoras.
China y los países latinoamericanos también reforzarán la colaboración en cultura y turismo apoyando la cooperación turística y desarrollando nuevas rutas y productos turísticos sostenibles.
Además, las dos partes aprovecharán el potencial de la economía verde fortaleciendo la colaboración en energía limpia, transporte con bajas emisiones de carbono, edificios que ahorran energía, tecnología verde y acciones climáticas, según la hoja de ruta propuesta por la iniciativa.
Ana María Ibáñez, vicepresidenta del Banco Interamericano de Desarrollo, sostuvo que está impresionada por la transformación de Beijing desde su última visita a China hace 18 años.
América Latina aspira a convertirse en una potencia de energía limpia y ayudar al mundo a alcanzar sus objetivos de emisiones netas cero. La transformación de energía limpia requiere minerales y se espera que América Latina exporte minerales por un valor de u$s 50.000 millones anuales para 2050, señaló.