Paco Pérez vivió su momento de mayor felicidad desde que es gobernador. Gran espectáculo en el Malvinas, alegría popular y elogios para Mendoza.

Messi y los planetas alineados

Por UNO

Por Andrés Gabrielli

De vez en cuando, raramente, se alinean los planetas más benéficos del universo y generan un momento de excepción.

El gobernador Francisco Pérez entrevió algo de esto cuando, en diciembre del año pasado, apenas asumido, aventuró un promisorio futuro para su gobierno gracias a la alineación planetaria.

Tras la fiesta popular del viernes a la noche, en el Malvinas Argentinas, prodigada por el asombroso abracadabra futbolero de Messi, Paco reiteró, con las mismas palabras, su gratitud astral.

Hasta el tiempo, con sus aires primaverales, puso lo suyo para que el partido Argentina-Uruguay fuera, en verdad, un acontecimiento único. Imborrable.

Los aficionados más entusiastas lo evocan, aún, con lágrimas en los ojos.

Más allá de lo deportivo

Si bien el duelo que ganó el conjunto de Sabella 3 a 0 es un acontecimiento estrictamente deportivo, la trascendencia, para Mendoza, fue muchísimo más allá.

Se ubica en el corazón de la estrategia que está desarrollando, con buenos resultados, la provincia para potenciar su marca, venderse y expandirse al exterior.

No se trata, el partido, de un lance aislado.

Es el tercer eslabón de una seguidilla que, este año, ha colocado a Mendoza en lo más granado de la agenda internacional: la doble cumbre del Mercosur y la Unasur, el match bautismal en su país de Los Pumas con Sudáfrica por el Rugby Championship y, ahora, la presencia de la Selección, jugando por las Eliminatorias, en el que es uno de los clásicos más cotizados del calendario futbolístico.

El primero de los hechos dependió, directamente, de la voluntad del Gobierno nacional y de la Presidenta en particular.

En el caso de Los Pumas, fue clave el accionar de las respectivas uniones de rugby pero, a fin de cuentas, terminó siendo determinante la empatía que sentían los sudafricanos con Mendoza por tratarse de una tierra vitivinícola.

En cuanto a la visita de la Selección argentina, la gestión política fue clave. El calendario del equipo lo maneja, con mano férrea, un cuarteto dirigente: don Julio Grondona, el mandamás de la AFA; Alejandro Burzaco, CEO de Torneos y Competencias; el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, y el secretario Legal y Técnico, Carlos Zannini.

Estos dos últimos fueron las llaves políticas a las que apeló Pérez para conseguir sus propósitos, según confían fuentes cercanas al gobernador.

Los partidos, en enero y febrero, del Sudamericano Sub 20 que otorga cuatro plazas para el Mundial de Turquía y la final del torneo Evita Capitana, en julio, siempre y cuando el Tomba no llegue a esa instancia, completan la agenda de la felicidad deportiva.

“¡Me hicieron más de 30 entrevistas de distintos medios foráneos!”, se solazaba el gobernador haciendo un recuento de lo acontecido en estas horas.

De paseo con Tinelli

A Paco Pérez, el irradiar de las estrellas que trajo el fútbol le generó más sonrisas espontáneas e instantes de mayor felicidad genuina que los dos sucesos anteriores.

La Cumbre del Mercosur fue una cuestión política. Quedó encerrada en esos márgenes. Pese a su innegable importancia institucional, no avivó el fervor popular.

Lo de Los Pumas tuvo un carácter más festivo, sí, pero el error de cálculo, en los anuncios dentro del estadio, que derivaron en la silbatina al gobernador, terminaron agriando algo el balance final.

Lo de la Selección, en cambio, terminó siendo perfecto. Entre otras cosas, porque se recortaba, en la previa, sobre un oscuro telón de fondo como fue el fallido encuentro con Brasil en Chaco.

El alivio que sintieron las autoridades mendocinas, con el ministro de Seguridad, Carlos Aranda, a la cabeza, cuando concluyó el partido y los jugadores se encaminaron a sus nuevos compromisos fue innegable.

La sonrisa de Pérez se ensanchó aún más porque, además de codearse con Messi y los otros ases argentinos, además de solazarse con la proyección que implica el lanzamiento del vino Leo por parte de Bodegas Bianchi, además de eso, tuvo un intenso y –cree él– fructífero encuentro con Marcelo Tinelli.

El afamado showman fue, después de Messi, la figura más convocante y requerida para la nube de fanáticos que se movía en las inmediaciones de los hoteles internacionales.

Tras cenar juntos, en la noche del partido, Pérez lo llevó a Tinelli, ayer, a conocer el centro cultural Le Parc, que se inaugurará mañana para darle cobijo a la Feria del Libro.

Los acompañaban Burzaco (TyC) y el secretario ejecutivo de la presidencia de la AFA, José Luis Meiszner.

Tinelli, según palabras de Paco, quedó impactado con el Le Parc. “¿Cómo se pudo levantar esto con 120 millones de pesos? En Buenos Aires, con esta plata, se hace mucho menos”, fue la apreciación del conductor de ShowMatch, quien se mostró interesado en aportar ideas para el emprendimiento.

“Marcelo está chocho con Mendoza. Sabe mucho de vinos. Es un estudioso. Anduvo recorriendo bodegas por Maipú. Ya tiene su finca por acá. Esperemos que, finalmente, se decida a poner su propia bodega”, se le escuchó decir a Paco luego de la despedida.

Fugando hacia adelante

Los fulgores de la celebración futbolística no le durarán demasiado al gobernador.

La realidad apremia. En algunos rubros, con tenacidad, por la escasez aguda de recursos, como es el caso de AYSAM.

En lo político, por su parte, deberá lidiar a brazo partido con los radicales, que han decidido utilizar su proyecto de reforma constitucional como excusa para el aguijoneo político.

Habrá, en consecuencia, poca discusión sobre asuntos centrales de la provincia y una catarata, olvidable, de chismorreo circunstancial.

El gobernador, en consecuencia, va a tratar de huir hacia adelante.

Figuran, en su agenda de estos días, 1.400 viviendas para los mendocinos, el Fondo Solidario Agrícola, el centro Le Parc, el simulacro de terremoto junto con el Ejército de Chile, un viaje a San Pablo, otro a Venezuela, etcétera.

Nada de eso aliviará la púa que van a clavarle los radicales.

Ni nada, claro, podrá empardar, nunca, los pases mágicos de La Pulga, el mejor del mundo, quien, ya reza la leyenda, hizo dos de sus goles más festejados en el Malvinas Argentinas, en aquella tibia noche de octubre.