Baila. Lo que sea. Zambas, cuecas, chamamés. Si pudiese también bailaría las tonadas. Baila con todo el cuerpo. Si no, mira el panorama desde un costado y baila, aunque sea, conlos ojos. Hay como un permanente brillo de chapecas en los ojos de este paisano malargüino. Bien o mal, no le importa. Él se larga al patio a dar volteretas con inspiración. No para. Esun comienzo de año muy intenso para el gobernador mendocino.
El hombre al que le cuesta reír Tanta es la energía acumulada en el interior de Jaque que le regala cuotas sobrantes a suequipo. Le ha dado vía libre, así, a cada uno de sus ministros para que se vistan de candidatos asucederlo. El más lanzado es su mano derecha, el secretario de la Gobernación, Alejandro Cazabán. SuMaquiavelo. Cazabán, otrora hombre de combate cerrado y monje negro entre bambalinas, ha cambiadosustancialmente desde que recibiera el impulso. Ahora sonríe en cada aparición pública. No es fácil para él, un duro entre los duros, sonreír. Igual que para el papa Benedicto XVI.Su cara se resiste a dejar brillando la medialuna de la simpatía. Pero lo intenta. Insiste. Riega y riega. Hasta en los afiches con que va tapizando la ciudady en los generosos anuncios de ayer en los diarios la sonrisa luce dentro de su barba como uncactus. Cuesta prosperar en el desierto. Además, Cazabán, como Jaque, también baila. Y sabe que no la tiene fácil. Su poder detrás del trono despierta suspicacias, celos ybroncas en buena parte del peronismo mendocino. No se da por enterado. Reafirma su voluntad de ser. Dice que las encuestas cada vez le danmejor, gracias a esa voluntad. Y que le va muy bien en las recorridas. Señala que quiere integrar "a todos" en su proyecto. ¿Cómo va a salir indemne de la maraña de intereses en su contra?Alguien en el almuerzo de Robino le escuchó soltar una frase sibilina, aunque muysignificativa: "Hoy me va muchísimo mejor que anoche". Esa noche había llegado Cristina. ¿Hubo unción?
El hombre del multibrindis La exaltación del gobernador ha ido contagiando a muchos otros en su entorno. Raúl Mercau, ministro de la Producción y también precandidato, es uno de los más picados porel bichito. Tras lanzar sin demasiado impacto su propio cálculo de inflación (le salió casi igual al deGuillermo Moreno), contó con el visto bueno para montar una de las principales tramoyasmarketineras de esta Vendimia: el megabrindis, un gigantesco chocar de copas en el ámbito del FrankRomero Day para celebrar la declaración del vino como Bebida Nacional, en onda récord Guinness. Un buen motivo, un legítimo sentimiento que, de paso, sirvió para la autocelebración y parahonrar a la Presidenta, la verdadera pasión de la dirigencia. Cristina Fernández, en efecto, pasó por Mendoza cual una deidad pagana para el peronismolocal. Es su conductora, su líder espiritual, su fuente de los suspiros y, sobre todo, la garantíade un triunfo electoral en octubre. No sólo el PJ la observa bajo los rayos áureos del Olimpo. El entonces presidente de laCOVIAR, José Molina, dejó caer el viernes, en una entrevista por radio Nihuil una de las frasescélebres de todo el fin de semana vendimial. Luego de señalar su orgullo por la visita de laPresidenta, enmarcó al 24 de noviembre como un verdadero hito: "La declaración del vino como BebidaNacional se compara a la llegada del tren a la región. Marca un antes y un después".
¿Caminos del vino o del inca? Debe de haber algo amargo en la alegría bailantera de Jaque. Por más que él no se dé cuenta. Y no lo deje translucir. Porque su denodado despliegue por la geografía mendocina, mostrando las virtudes de sugestión, tiene un carácter electoral. Una victoria del peronismo en octubre reivindicaría la figura del gobernador ante la gente,ante su partido y, fundamentalmente, ante su propio espejo. Lo paradójico, lo cruel de esa labor de hormiga es que Jaque lo hace para los demás, no parasí mismo. Muchos se beneficiarán con la reelección, desde intendentes hasta legisladores, pasandopor la reelección eterna de Cristina. Él, en cambio, tiene fecha de vencimiento. Inamovible. Tajante. Por eso, quizá, esté empeñadoen reformar la Constitución. Para corregir esa injusticia de la vida. Un dolor hondo que lo anestesia de otras piruetas antojadizas del destino. Ayer, en elinfluyente encuentro con los productores, Cristina, la amantísima presidenta, al dirigirse a Jaquele dijo "Evo"."¡Evo!", para alguien que ha dedicado cada uno de los minutos de sus tres años de gobierno a honrar a la Presidenta. Jaque entendió, rápidamente, que no era un problema. Cristina tampoco conocía los nombres delos intendentes de Las Heras y Guaymallén. Sí tenía en mente al radical Víctor Fayad. "Buen díaseñor intendente de Capital", le obsequió al Viti desde el estrado. ¿A quién más destacó la Presidenta? Dicen que a Eduardo Sancho, el vicepresidente deConinagro. Dicen.
¿Qué más dicen? Que tras la defección de Bermejo, el sanrafaelino Omar Félix, actual diputado, es elprincipal rival de Cazabán en la interna. Que Fayad sigue en carpeta como eventual candidato K ("Será el que más convenga a la Presidenta y sólo a ella", se sincera la guardia íntima cristinista).Y que Jaque, si él quiere, integrará la lista del PJ local en octubre. Es todo. Jaque le puso el moño a su última Vendimia. Bendecido por la Presidenta, bajo elincaico mote de Evo, disfrutando su megabrindis con vino como bebida nacional y con la semisonrisade Cazabán vigilándolo desde los carteles. Lo que se dice, un fin de fiesta inolvidable.