Ana se la había entregado a una amiga, Toosje Kupers, para que se la cuidara cuando ella y su familia se escondían de los nazis. Y allí han estado desde entonces.

La caja de bolitas de Ana Frank

Por UNO

Ahora, setenta años después, las bolitas han sido encontadas y aparecerán en una exhibición especial en Rotterdam.

Fuente: io9