Los ganadores obtuvieron el premio gracias a la fabricación del Titan Arm, un brazo y exoesqueleto que aumentan la fuerza del usuario, lo suficiente como para que pueda cargar objetos de 18 kilos sin esfuerzo alguno. Mencionan que decidieron centrarse en las extremidades superiores, debido a que ya existen varios aparatos que le dan soporte a la parte inferior del cuerpo.
Su desarrollo se llevó cerca de 8 meses, en los que probaron varios prototipos. El modelo final se logró gracias al uso de técnicas de impresión en 3D, el software CAD y la mecanización CNC. Uno de los principales problemas que enfrentó el grupo, fue lograr un equilibrio entre la eficiencia y el poder computacional; esto después de soldar los componentes eléctricos.