Por su aporte comunitario y social, la firma local recibió un premio en Buenos Aires por parte de la Cessi (Cámara Argentina de Empresas del Sector de Software e Informática), que todos los años destaca lo mejor de la industria del software nacional, en áreas como educación, recursos humanos y tecnología, inclusión digital, entre otras.
Es la primera vez que una empresa local desarrolla una solución de software y de tecnología informática con fines terapéuticos, es decir para atender las necesidades de educación e integración social de niños y jóvenes con discapacidad.
Cómo se gestóPara llevar adelante su tarea, los investigadores que integran el “laboratorio móvil” de la firma mendocina tomaron el pulso a las necesidades de los niños y jóvenes que presentan dificultades al momento de expresarse. Justamente por eso se buscó avanzar en el descubrimiento de nuevos recursos digitales con el apoyo de dos entidades de la provincia: Asociación Argentina de Padres de Autistas (APAdeA) y la Fundación Nosotros, dedicada a la integración social de personas con síndrome de Down.
Fernando González Aguirre, gerente de Marketing de Belatrix, comentó que la aplicación fue creada en colaboración con APAdeA y se encuentra en fase de prueba.
El especialista Aguirre explicó que la primera etapa está enfocada en la utilización por parte de médicos y terapeutas, y que ya están trabajando en darle continuidad al proyecto a través de otra aplicación para la manipulación directa de niños con TEA.
Este desarrollo le valió a Belatrix el reconocimiento por parte de la Cessi por su participación en un proyecto orientado a estimular las habilidades cognitivas como la memoria, la atención, el lenguaje y la escritura, particularmente entre niños y jóvenes que se encuentran escolarizados.
AlcancesDebido a que estos niños presentan problemas a la hora de darse cuenta que sus emociones o estados mentales pueden no ser compartidas por otras personas, esta aplicación los ayuda a ser guiados a través de una secuencia de desarrollo lógico que lleve un mejor reconocimiento de emociones.
La segunda aplicación se realizó en colaboración con la Fundación Nosotros, y está diseñada para ayudar a jóvenes adultos con síndrome de Down a integrarse a la sociedad a través del desarrollo de habilidades sociales que les permitan ser productivos en el trabajo.
“El desarrollo de estas aplicaciones es complejo, ya que el desarrollo en particular de la experiencia de usuario (UX) requiere un entendimiento profundo de la forma en la que probablemente interactúe un usuario con estas aplicaciones”, afirma Luis Robbio, CEO y Co-Fundador de la empresa.
En principio, la primera aplicación será utilizada por los terapeutas de los chicos con estos desórdenes, ya que permitirá evaluar el estado de avance del autismo en una persona. En el caso de la segunda aplicación, podrá ser utilizada directamente por los niños con síndrome de Down, cuando se considere que tengan un nivel de entendimiento suficiente.
Las aplicaciones desarrolladas por Belatrix, junto a las de otros desarrolladores del Proyecto Dane, estarán disponibles para la descarga en las tiendas de diferentes plataformas.
Sin embargo, sobre el tema González Aguirre aclaró: “Aún estamos en una fase inicial, todavía quedan varias cosas por perfeccionar. Una vez que estén debidamente refinados todos los detalles podrán estar disponibles en el mercado”, y destacó que aún no hay una fecha precisa para lanzar estas herramientas destinadas a la integración de personas con discapacidad
Hasta el momento, este tipo de software solo ha estado disponible en versiones españolas o habladas en inglés, algo que ha limitado su utilización en países latinoamericanos, pero que aun así se han podido adaptar gracias al acompañamiento de padres y terapeutas.
Ante este vacío tecnológico, Belatrix ha tomado la posta para romper esa brecha y elaboraron la primera versión de una aplicación desarrollada para dispositivos con sistema operativo Android, enfocada en la interacción entre médico y paciente, y que le permitirá al primero realizar diagnósticos y evaluar la evolución de las terapias adoptadas.