"Fue una mala jugada del destino", dijo a este portal a modo de análisis de su actual situación. Está presa por atacar con un arma a un hombre en medio de una discusión.

"En el barrio me dicen Nikita, porque les pego a to

Por intento de homicidio volvió a la cárcel Diana, el travesti que se casó con un reo y lo esperaba en libertad

Por UNO

La travesti Diana, quien el 4 de agosto de 2010 se casó con un interno de Almafuerte y lo esperaba en libertad, cayó por segunda vez en prisión por dispararle a un hombre con quien tuvo una pelea. Está presa desde noviembre y aseguró que lo ocurrido "fue una mala jugada del destino". En 2007 había recuperado su libertad después de 10 años de condena por haber asesinado a su pareja en Tunuyán.

Desde el presidio le contó a este portal que el arma que tenía era de su marido Osvaldo, a quien conoció cuando ambos estaban detenidos en Boulogne Sur Mer. "Él nunca me quiso decir dónde estaba el arma, pero un día en casa acomodando cosas la encontré, y otro día encontré las balas".

Diana aseguró que el 11 de noviembre de 2011 había tomado unas copas antes de la pelea con un hombre, de quien no quiso aportar muchos datos. "Quizá por haber estado así me animé y le disparé, pero no lo quise matar, sólo asustarlo", remarcó.

“Esta persona es de un barrio aledaño, discutimos por asuntos de negocios, de tratos, de ventas”, contó Diana e insistió “si hubiese tenido las intensiones lo hubiese matado, lo mío fue un disparo intimidatorio, solo le rocé el estómago. Si yo lo hubiera querido matar tenía cinco balas más, pero no era la intención, era solo decirle andate de acá”, insistió ella en su intento de defensa.

Nikita

Sin darle mucho espacio a la autocompasión y más bien asumiendose brava, Diana contó: “Yo vivo en una villa y siempre hay problemas. Aparte de Diana a mi me dicen “Nikita” porque les pego a todos, pero siempre con razón”, y se justificó “el arma no la podía tener, lo que pasa es que vivo en una villa. Si yo estoy en mi casa, viene una bala que me mata y bueno, es una villa, son los peligros que se corren”.

Y siguió con las pinceladas de su vida: “Tomo todos los días whisky, piña colada, gin, ron, caña, bebidas fuertes y quizá le atribuyo un poco a eso que me sirvió para sacar el arma y efectuar el disparo, quizá si hubiese estado lucida no lo hubiese hecho, uno no está en sus cinco sentidos”.

Retorno a las rejas

Reconoció que "la vuelta a la cárcel después de cuatro años en libertad me da escalofrío”. Fue alojada en el pabellón 14 A, de los homosexuales, donde Diana había estado en su condena anterior, por haber asesinado a un hombre en 1997 en Tunuyán. “Miedo no tengo, pero si escalofríos, estoy de nuevo acá, aunque yo sé que no va a ser por mucho tiempo”. La causa por la que la travesti quedó presa fue caratulada como homicidio agravado por el uso de arma de fuego en tentativa y tenencia ilegal de arma de guerra.

“Si bien yo estoy con mucha gente que atiendo en el día en el quiosco, me sentí muy sola pensando que mi marido estaba en Almafuerte y yo en mi casa. Sentí una soledad muy grande y por eso tomaba unas copas”, relató.

A pesar de este hecho que la alejó de su marido a quien no ve desde noviembre, aseguró que la relación no cambió en nada y que se sigue fortaleciendo.

“A los tres días de todo lo que pasó pude hablar con Osvaldo porque él pidió una llamada conmigo. Se enteró por mi cuñado que estaba en el penal y se enojó un poco porque la única visita que él tiene soy yo, y jamás le fallé”.

Su vida en libertadDiana es dueña de un quiosco en el asentamiento Alberdi, de Gutiérrez Maipú, donde vivía al lado de la familia de su marido. Se levantaba a las 7 de la mañana y hasta las 2 de la mañana no paraba, “el día no me alcanzaba”.

“Aparte como anexo estudié computación, bajo fotos, tengo una filmadora, tengo impresora multifunción, hago fotocopias, ampliaciones, reducciones, escaneo y de eso vivo, además atiendo prácticamente toda la noche del sábado y domingo”, de donde parte de ese dinero era destinado para visitar a Osvaldo y llevarle mercadería y cosas necesarias.

“Hago todo yo, lavo mi ropa, voy al almacén, alimento los animales, hago la limpieza, trabajo con la computadora, atiendo el quisco, a las 4 de la tarde almorzaba y cuando podía dormía un rato de siesta”.

Además armaba petitorios para el asentamiento y destinados al intendente de Maipú para tener luz y la conexión de agua, también para el día del niño o para la villa.

“Ahora está cerrado hasta que veamos cómo se resuelve mi situación”, cerró Diana la entrevista, antes de sumergirse otra vez tras los muros de la prisión.

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Foto: Nicolás Bordón
Foto: Nicolás Bordón
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Diana contó su regreso a la cárcel y aseguró que fue una mala jugada del destino
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Dijo que la relación con su marido Osvaldo sigue intacta a pesar de este hecho que los mantiene separados.
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Las testigos de casamiento María y Ángela junto a los novios Diana y Osvaldo al momento de firmar.
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Diana aseguró que cuando se aprobó la ley de matrimonio gay concretó su sueño.
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Los primeros besos de Diana y Osvaldo, los más esperados a segundos se haber sido casados.
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Sin torta no es un casamiento aseguró Diana emocionada junto a su reciente esposo Osvaldo.
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