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Mas de 10 denuncias de empresarios de origen oriental ingresaron a la Justicia desde el viernes. Les exigen 50 mil dólares y los amenazan de muerte. El fiscal Santiago Garay investiga los casos.

La mafia china arribó a Mendoza e intimida a los comerciantes

Por UNO

La mafia china ha llegado a Mendoza. Esta organización, que a veces es relativizada como un mito en el mundo del hampa, tiene nombre, hechos y víctimas en las principales ciudades del país y ha pisado ahora la Tierra del Sol y del Buen Vino. Los propios integrantes de la colectividad apostada en la provincia lo confirmaron: en las últimas 48 horas las fiscalías de Capital, Godoy Cruz, Las Heras y Maipú recibieron más de una decena de denuncias de supermercadistas y comerciantes chinos que han sido amenazados de muerte.

Un papel lanzado bajo la puerta de sus negocios, escrito en chino y con un número telefónico, deja una clara y escalofriante instrucción: 50.000 dólares o la muerte. Los casos serían más de 30, pero una decena se animó a denunciar.

¿Leyenda urbana o realidad? Mejor es leer lo que viene: “Yuzhu King (un inmigrante chino) recibió primero una llamada en su supermercado de Recoleta: un compatriota le exigía 50.000 dólares por haber abierto el negocio sin pagar la ‘autorización’ o la ‘protección’. Después lo visitaron dos hombres, uno argentino y otro chino, y sobre el mostrador le dejaron un papel con un número telefónico y un mensaje para negociar. Pero no pagó. El 26 de junio de 2010, a las 21.30, un joven, al parecer menor de edad, se acercó a la caja y le disparó un balazo en una pierna”.

“Horas después, en una nueva comunicación le advirtieron a la familia del comerciante: ‘Sabemos que no murió. Si no pagan en dos días, lo matamos’. Fuentes judiciales y policiales informaron que cada ciudadano chino que abre un supermercado es extorsionado por la denominada mafia china, que le exige entre 40.000 y 60.000 dólares”.

Esta crónica sobre Yuzhu King es un hecho real, ocurrió en Buenos Aires y fue publicada por el diario La Nación el 18 de julio de 2010.

Lo inquietante es la similitud del modus operandi con el de las últimas 48 horas detectado en Mendoza. Coincide el modo y la cifra. Piden 50.000 dólares bajo amenaza de muerte y dejan un teléfono.

Más reciente, otra publicación del diario Clarín del 8 de julio pasado titula, “Mafia china: cae una banda que extorsionó a 80 comerciantes”. La crónica arranca así: “Las notas decían siempre lo mismo: ‘Chino, si no depositás 50.000 dólares vas a ser víctima de un delito’. Esta banda estaba integrada por dos orientales y dos argentinos.

El tema ha causado preocupación en la colectividad china local que ha sido amenazada. No se han explayado demasiado con los investigadores porque la mayoría no habla castellano y además son muy herméticos. Pero no cabe duda de que han tomado las amenazas en serio, tanto como para dejar el bajísimo perfil que cultivan y acudir preventivamente a las autoridades sin esperar.

La masividad de las amenazas es lo que ha provocado que ya esté interviniendo el fiscal especial Santiago Garay, quien concentrará todas las denuncias que se están sumando en el Gran Mendoza.

Difícil de desentrañarEl fiscal Garay ya lidió hace tiempo con casos complicados como el de una gran familia de gitanos del Acceso Este que se cansaron de estafar a compradores locales y de otras provincias vendiéndoles vehículos que nunca les entregaban.

Sin embargo, las víctimas eran argentinas y por lo tanto había abundante información y avisos en los diarios de los gitanos ofreciendo sus rodados a precios muy tentadores. Es decir, el fiscal contó aquí con una serie de indicios que le permitieron desbaratar la banda, meter presos a la mayoría de los gitanos y acusarlos por más de un centenar de estafas.

Lo de los chinos es diferente y complejo. La barrera del idioma es un verdadero problema no solo aquí sino en Buenos Aires, donde la Policía Federal desde hace años trata casos relacionados con la colectividad.

Simple y contundente

Las amenazas a los comerciantes chinos de Mendoza fueron escritas con fibra en un papel. El número telefónico de contacto que dejaron no ha dado muchos resultados. Al parecer nadie contesta el teléfono.

Pero claro, suponiendo que alguien atendiera sería bastante ingenuo pensar que los extorsionadores aceptaran conversar con una persona del otro lado que no hable chino.

Ningún policía mendocino maneja ese idioma o al menos se desconoce. Además detectarían la tonada de un extranjero. Y nada se sabe de que las víctimas vayan a prestar alguna colaboración en ese sentido.

Así, fuera de la pista del teléfono, resolver el dilema es como buscar una aguja en un pajar. 

Más de 20 años en la ArgentinaSi se consulta en internet, múltiples artículos periodísticos y sitios diversos se ocupan de la problemática. En ellos se deja en claro que la mafia china arribó o al menos se expandió en la Argentina en la década del ’90.

Su primer y principal negocio fue el tráfico de personas y su base principal de operaciones, la famosísima triple frontera Argentina-Paraguay -Brasil, donde también abundan los musulmanes, que con el tiempo comenzaron a quejarse de la mafia china.

Las crónicas señalan Fu Jian como el nombre con el que se identifica la mafia china, que es oriunda del sur de su país y que primero se dedicó al tráfico de personas porque había un plus muy atractivo: la autorización a los ciudadanos argentinos de entrar en Estados Unidos con pasaportes propios y sin más trámites.

Así, traían chinos a nuestro país, lograban hacerlos residentes argentinos y los llevaban a Estados Unidos por 60 mil dólares.

Cuando se acabó el ingreso libre al país del Norte, comenzó en negocio de la protección.

Los supermercadistas debían pagar un peaje para poder trabajar e, incluso, se habla de que muchos inmigrantes son ayudados con dinero por las mafias para abrir sus negocios a cambio de pagar una cuota por el resto de sus vidas de hasta 4.000 dólares mensuales.

Si no cumplen, pagan con la vida sus familiares en China y si es necesario, ellos con la suya aquí.