Lucio A. [email protected]
Con el acto de apertura sobre el césped de River hace 35 años dio inicio a la XI Copa del Mundo de la FIFA, en un país gobernado por los militares. Argentina quiso ser sede desde 1938 y se le había negado cuatro veces.
Con el acto de apertura sobre el césped de River hace 35 años dio inicio a la XI Copa del Mundo de la FIFA, en un país gobernado por los militares. Argentina quiso ser sede desde 1938 y se le había negado cuatro veces.
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El 1 de junio de 1978 quedaba en la historia como la fecha de inauguración de la 11ª edición de la Copa del mundo de la FIFA en Argentina.
Y para llegar a ese día pasaron innumerables postergaciones, desde 1930, con el lógico paso de gobiernos democráticos y de golpistas que irrumpieron en la Casa Rosada.
Porque desde la AFA siempre hubo postulaciones para organizar un torneo Mundial. En un principio se había aceptado lo que Jules Rimet propuso. Un Mundial en América y uno en Europa. Tras darle a Uruguay la primera Copa en el '30, le tocó a Italia organizar en 1934 y en el '38 el presidente de la FIFA, Jules Rimet, hizo todo lo posible para que el Mundial fuese en su país. Se jugó en Franciala tercera Copa del Mundo, repitiendo un país europeo en lugar de uno americano, que correspondía en Argentina. La AFA decidió no participar.
Sonaban los estallidos bélicos en varios países y se avecinaba la Segunda Guerra Mundial. No se jugaron los torneos de 1942 y 1946 por esa razón (la Guerra terminó en el '45, pero había dejado miles de muertos y miseria).
En 1950 la Copa volvió a disputarse y le tocó la organización a Brasil. El seleccionado argentino otra vez decidió no participar en el torneo, en donde sólo jugaron 13 equipos.
La Copa volvió a Europa y se jugó en Suiza el torneo de 1954, en el que Argentina renunció a participar. Y volvería producirse otra situación similar a la de los años '30, porque en 1958 se debería haber jugado en un país de América pero se hizo en Suecia.
Ahí la AFA salió del tema político y decidió participar. Argentina en 1956 se había postulado para realizar el torneo de 1962, pero la postura la ganó Chile.
La 8ª edición fue para Europa, en donde Inglaterra fue local en 1966. La rotación continental trasladó la organización de 1970 y México le ganó la postura a Argentina, que perdía por cuarta vez en el Congreso de la FIFA de 1964.
Pero en 1966 al fin se le otorgaría la sede a Argentina para jugar el Mundial de 1978. Tras quedar afuera en las eliminatorias en México '70, por única vez concurrió al Mundial de Alemania de 1974, en donde aparecería el símbolo de Argentina '78 en el estadio olímpico de Munich tras la final, en la que los locales superaron a Holanda.
Todas esas postergaciones le dieron una expectativa muy grande a un país futbolero como pocos. Durante el gobierno de Juan
Domingo Perón la organización del Mundial estuvo en la órbita del Ministerio de Bienestar Social, a cargo de José López Rega. Pero luego del derrocamiento de esa democracia, el 24 de marzo de 1976, y con el estado controlado por la Junta Militar con Jorge Rafael Videla a la cabeza, se creó el EAM 78 (Ente Autárquico Mundial 78), que funcionaba a la par de un ministerio, cuyos gastos eran reservados.
Lo dirigió el general Omar Actis, quien fue muerto a balazos en agosto del ’76, muerte que se les atribuyó a grupos guerrilleros pero no hubo pruebas que lo demostraran; en el libro Almirante Lacoste ¿quién mató al general Actis?, el escritor Eugenio Menéndez lo pone al contraalmirante como el autor intelectual del homicidio.
Después del incidente el EAM 78 quedó a cargo del general Antonio Merlo, aunque el manejo pertenecía a Carlos Lacoste, apoyado por la Junta Militar y desde la FIFA por el brasileño Joao Havelange. Las cuentas estaban abiertas para invertir en la organización del torneo y la construcción de tres estadios (Mendoza, Córdoba y Mar del Plata) y la remodelación de otros tres (River Plate, Rosario Central y Vélez Sarsfield).
Llegaría el 1 de junio de 1978, cuando Alemania Occidental, como último campeón, jugó con Polonia por el grupo 2 ante 67.579 espectadores.
El Proceso de Reorganización Nacional –así se llamaba a la gestión de Videla– continuó haciendo desaparecer a miles de personas, matando y torturando.
El partido entre alemanes y polacos le daba el OK a la XI Copa del Mundo. La Junta Militar sonreía.