El dron está alojado en un habitáculo del techo desde donde despega a una orden del conductor. El vehículo volador, bautizado como Flying Companion, tiene dos modos de vuelo: automático y manual. En este último, es el propio conductor (suponemos que con el auto parado), o el copiloto el que controla el dron mediante un tablet integrado. Un conector eléctrico en el propio habitáculo de aterrizaje se encarga de recargar las baterías del dispositivo.
¿Cuántas veces hemos caído en un atasco y nos hemos preguntado qué pasará? Renault acaba de presentar el Kwid, un concepto de automóvil que puede solucionar dudas como esa gracias a un curioso añadido.