“Nosotros llegamos muy temprano sin saber que había misa, ni a qué hora, ni nada. Y nos dejaron entrar hasta el fondo. Nos dieron el rosario. Después se juntaron todos los cardenales como a nuestra derecha, en unas salitas donde estaban rezando. Luego salieron y se pusieron estas cosas blancas en la cabeza (sic), y ahí empezaron a caminar hacia sus lugares al frente de la iglesia”, relató.
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Los cardenales que deciden el futuro del Vaticano. Belén estuvo a escasos metros.
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Para Belén, fue una experiencia profundamente espiritual: “Había gente de todas partes. Nos dieron el librito con las canciones de la misa. La verdad que fue muy emotivo. No nos quedamos hasta el final, duraba dos horas, pero lo que se sentía ahí era impresionante”.
La vida entre cumbres, viajes y un cónclave inesperado
Belén Escudero no es solo una viajera apasionada, sino también una mujer que encontró en la montaña su vocación. En 2013, tras un viaje al Kilimanjaro, fundó "Mujeres a la Cumbre", un proyecto que promueve expediciones femeninas con un sentido transformador.
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Belén Escudero en el Vaticano el día del comienzo del cónclave.
La montaña es su lugar en el mundo desde los 14 años. “De chica me escapaba de mi realidad y me iba a la montaña. Hoy no es mi vía de escape, sino mi espacio de crecimiento. Es donde me purifico, reflexiono y me pasan cosas. Todo me pasa en la montaña”, dice.
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La emoción de presenciar la misa en San Pietro. En horas se decidirá quién será el nuevo papa.
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Lo cierto es que el destino la llevó este miércoles al lugar donde todo el mundo tiene puesta la mirada: el cónclave que decidirá al sucesor de Jorge Bergoglio.
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Fieles y turistas en la misa del cónclave. Una de ellas fue Belén Escudero, mendocina.
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Desde Roma, en un día que quedará en la historia de la Iglesia Católica, Belén se mostró feliz y agradecida. “Es un regalo estar acá, vivir esto. No lo voy a olvidar nunca”.