Santo del 29 de octubre: a quién se conmemora y qué oración rezar
En el santoral católico, se asigna a cada santo un día especial para su conmemoración. Descubre hoy a quiénes se celebra y qué oración puedes rezar en su honor
Santo del 29 de octubre: a quién se conmemora y qué oración rezar
El santoral es el calendario que la Iglesia Católica utiliza para conmemorar a los santos en sus respectivos días. Cada día del año está dedicado a uno o más santos, reconociendo su vida y virtudes.
Hoy, martes 29 de octubre, la Iglesia católica conmemora en su santoral a San Narciso de Jerusalén, un destacado obispo que participó de acontecimientos claves para la historia de la iglesia, como el concilio de Cesarea para unificar con Roma.
San Narciso de Jerusalén fue un destacado obispo de la ciudad de Jerusalén, conocido por su vida y contribuciones a la Iglesia. Nació a finales del siglo I, en una época en que el cristianismo comenzaba a extenderse por el mundo. Su educación católica fue influenciada por catequistas que habían sido instruidos directamente por el mismo Salvador o que habían tenido el privilegio de escuchar a los apóstoles, lo que le brindó una sólida base en la fe cristiana y un profundo entendimiento de los principios del cristianismo.
En el año 195, ya en su vejez y desempeñando el papel de obispo, San Narciso participó en el concilio de Cesarea. Este concilio tenía un objetivo importante: buscar la unidad con la Iglesia de Roma, un paso fundamental para fortalecer la cohesión entre las comunidades cristianas de la época y establecer una alineación doctrinal que perduraría a lo largo de los siglos.
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Sin embargo, su vida no estuvo exenta de dificultades. Tres de sus clérigos, en un acto de traición, lo acusaron de un crimen grave, lo que llevó a San Narciso a tomar la dolorosa decisión de autoexiliarse. Durante ocho años, vivió alejado de su comunidad y de su misión pastoral, enfrentando la injusticia y la difamación. A pesar de este tiempo de sufrimiento, su fe y compromiso con Dios nunca flaquearon. Finalmente, tras muchos años de sufrimiento y en un giro inesperado, los tres clérigos confesaron que habían mentido sobre las acusaciones en su contra. Esto permitió que San Narciso regresara a su comunidad, restableciendo su honor y continuando su labor pastoral con renovada dedicación.
