Reciclaje

Quien tiene sillas viejas de metal, tiene una fortuna en su casa: por qué y cómo darle una segunda vida

Las sillas, sobre todos las viejas, están compuestas por elementos muy valiosos hoy en día. Si tienes algunas en casa, tienes una fortuna para el reciclaje

Lo que muchos consideran "basura", hoy puede ser una verdadera fortuna escondida. Las sillas metálicas, que fueron populares entre los años 60 y 90, están viviendo un renacimiento decorativo y económico gracias al auge del reciclaje, el diseño vintage y el valor del metal como materia prima.

¿Por qué una silla de metal vieja puede valer una fortuna?

Una vieja silla de metal es una joya del diseño o una gran fuente de ingresos. Son resistentes, transformables y ahora más valiosas que nunca. Así que antes de tirarlas, dales una segunda vida o véndelas: podrías estar sentado sobre una verdadera fortuna. Te contamos por qué:

  • Tienen alta demanda en diseño de interiores: Las sillas metálicas antiguas, sobre todo las de estilo industrial o retro, son muy buscadas por decoradores, arquitectos y amantes del estilo vintage.
  • Valen mucho como chatarra o aluminio: Muchos modelos fueron fabricados con aluminio, acero inoxidable o hierro forjado, materiales que hoy tienen buen precio en centros de reciclaje.
  • Tienen potencial de restauración y reventa: Una silla restaurada puede triplicar o cuadruplicar su valor si se le da un nuevo acabado o tapizado moderno.
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Cómo devolverles la vida y transformarla en un objeto valioso

Restaurar una silla de metal puede ser un proyecto fácil, económico y muy rentable. Cómo hacerlo:

Paso 1: Verifica si la silla está completa y firme. Asegúrate de que no haya partes quebradas irreparables. Si el metal está oxidado, no te preocupes, eso se puede tratar.

Paso 2: Luego toca la limpieza profunda. Usa un cepillo de alambre o lija para eliminar el óxido y la pintura vieja. Limpia con agua y detergente para quitar grasa, tierra o polvo acumulado.

Paso 3: Aplica una base anticorrosiva (primer) para proteger el metal. Luego, elige una pintura en aerosol para metal del color que prefieras. Las opciones mates, negro industrial o tonos pasteles están en tendencia. Deja secar al menos 24 horas en un espacio ventilado.

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Paso 4: Si la silla tiene cojín, puedes retapizarlo con tela nueva y espuma. También puedes sustituirlo por madera barnizada o materiales reciclados, como pallets.

Paso 5: Usa la silla restaurada como silla de comedor, escritorio, decoración. Si prefieres venderla, puedes ofrecerla en plataformas como Facebook, Marketplace, Etsy, Mercado Libre o tiendas de segunda mano.

También puedes restaurarla para convertirla en una mesa ratona. Usa lija, madera y pintura donde allí colocarás las patas de la silla metálica.

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