- Muchas personas se muerden las uñas como una forma automática de calmar la ansiedad o el estrés, según la psicología.
- El acto de morderse las uñas puede generar placer y liberar endorfinas, lo que hace que algunas personas repitan este hábito.
- El aburrimiento o la frustración pueden llevar a las personas a morderse las uñas para ocupar la mente, explica la psicología.
- La psicología señala que las personas perfeccionistas tienden a morderse las uñas cuando algo no les parece en orden.
- Muchas personas adquieren este hábito por imitación, ya que otras personas en su familia también se muerden las uñas.
- En algunos casos, la psicología relaciona morderse las uñas con trastornos como el TOC, el TDAH o la ansiedad.
- Desde la perspectiva de la psicología y el psicoanálisis, morderse las uñas puede ser una fijación oral originada en la infancia de las personas.
- Finalmente, la psicología considera que morderse las uñas es una conducta de acicalamiento natural llevada al exceso por algunas personas.
¿Cómo evitar morderse las uñas, según la psicología?
Para dejar de morderse las uñas, una excelente idea es mantener la boca ocupada. Chupar una menta funciona muy bien, sobre todo en momentos de ansiedad, y es práctico llevarla contigo hasta que el hábito desaparezca. También, mascar chicle es efectivo: no solo evita que te lleves las uñas a la boca, sino que refresca el aliento y fortalece la mandíbula.
Otra opción natural es usar Aloe Vera, que tiene un sabor amargo que ayuda a que no te muerdas las uñas y, además, protege y ayuda a sanar las heridas que este hábito provoca. Practicar ejercicios de autocontrol, como acercar el dedo a la boca sin morderlo, también ayuda a dominar el impulso.
Para quienes prefieren algo más visible, las uñas postizas son una buena solución para proteger las uñas naturales y dejarlas crecer sanas. Finalmente, usar tiritas en las uñas durante un tiempo permite ver cómo crecen fuertes y saludables, motivando a no morderlas.