Pensar en medidas de prevención de incendios podría ser esencial para evitar catástrofes en el medio ambiente de Argentina.
El eficaz trabajo de prevención de incendios en Portugal, recientemente mencionado en diario UNO, puede ser un gran ejemplo a seguir para evitar desastres ambientales. Comprender la importancia de la prevención requiere de un pensamiento objetivo y a largo plazo, ya que se trata de anticiparse a un problema que todavía no existe. Sin embargo, próximos al verano y en un contexto de sequía y calentamiento global, tomar medidas de prevención podría ser la clave y la decisión más inteligente para evitar incendios que ya están ocurriendo en nuestro país.
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Medio ambiente. Los recientes incendios en San Luis causaron estragos, aún meses antes de que comience el verano.
La problemática de los incendios en todo el mundo
La ola de incendios propiciada por el cambio climático llegó primero al hemisferio norte, durante los meses de calor en Estados Unidos y Europa. Las zonas más afectadas fueron y son Hawái, Grecia, Portugal, España, Italia y Turquía.
Ante este panorama, se prevé que ocurra algo parecido en el hemisferio sur durante el próximo verano, el cual se anticipó que será uno de los más calurosos de la historia. Los científicos explican que no es tan sencillo como decir que lo que ocurre en el hemisferio norte se replicará en el hemisferio sur. Sin embargo, este año se han registrado las temperaturas más altas jamás experimentadas en casi todo el mundo, tal como indica la ONU. Las temperaturas promedio han roto récords mes tras mes, y se espera que esta tendencia siga en aumento. Además, la Agencia Meteorológica Mundial advirtió que el fenómeno de El Niño podría potenciarse con el cambio climático y generar un 2024 con temperaturas récord.
Los factores que aumentan la probabilidad de incendios en Argentina
El aumento de la temperatura a nivel global es un refuerzo para los desastres naturales como los incendios. En nuestro país, Córdoba, San Luis y Mendoza ya han sido testigos de ello. Y es que, más allá de algunos esporádicos días fríos, este ha sido un invierno atípico con temperaturas más bien primaverales.
El calor excesivo, sumado a la creciente sequía que afecta a la zona de Cuyo, y a un incipiente fenómeno de El Niño que probablemente causará lluvias pero a la vez aumentará la temperatura del mar, actúan como combustible para la propagación del fuego.
En este contexto adverso, la Organización de las Naciones Unidas ya advirtió a todos los países para que tomen medidas urgentes para los próximos meses.
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La sequía característica de Mendoza es uno de los factores que aumenta la posibilidad de sufrir grandes incendios.
Incendios forestales: un problema con consecuencias múltiples
Más del 95% de los incendios forestales son causados por la actividad humana, según indica el Servicio Nacional de Manejo del Fuego. Entre las causas antrópicas principales se encuentran el vandalismo, la quema de desechos, el uso de fuego en lugares prohibidos y los fuegos intencionales para deforestar.
Siendo el factor humano la chispa inicial, es fundamental conocer la multiplicidad de efectos negativos que deja el fuego tras su paso, a fin de tomar conciencia:
Erosión del suelo: después de un incendio, el suelo queda susceptible a la erosión, perdiendo nutrientes, materia orgánica y capacidad productiva.
Contaminación ambiental: los incendios emiten enormes cantidades de gases de efecto invernadero que dañan la atmósfera y contaminan el aire que respiramos.
Pérdida de bosques: los incendios arrasan con los bosques, uno de los sitios naturales con mayor capacidad de absorción de carbono.
Muerte de animales: los grandes incendios arruinan el hábitat animal y dejan un gran saldo de animales muertos que no pueden escapar del fuego.
Pérdida de campos y hogares: los incendios llegan a arrasar con hogares y tierras fértiles.
El ejemplo de Rewilding Portugal: jornadas diarias de prevención de incendios
Un gran ejemplo de prevención exitosa ocurre en el noreste de Portugal, ideado por la fundación Rewilding. La frecuencia e intensidad de los incendios que arrasaban todos los años gran parte de un área protegida portuguesa, sumados al inminente aumento de las temperaturas, llevaron a Rewilding Europe a idear un plan que solucionara la problemática con urgencia. Y la prevención fue la mejor idea. Este es el segundo año consecutivo que la sede portuguesa de esta organización ambiental convoca un voluntariado para aquellas personas con capacidades y disposición para supervisar focos de incendios en la naturaleza.
A simple vista, la actividad de los voluntarios puede parecer irrelevante: caminar kilómetros de senderos con hermosas vistas bajo el rayo del sol y detenerse a observar la montaña con atención. Sin embargo, el rol del vigilante es fundamental para dar aviso ante un foco de incendio. Los binoculares permiten una mirada profunda y los voluntarios se dividen por secciones de vastas hectáreas verdes para poder cubrir todos los ángulos posibles y que ningún fuego se escape de la vista.
Ante un indicio de incendio, ya sea por columnas de humo o fuego a lo lejos, los vigilantes primero deben asegurarse estar a salvo y luego dar aviso urgente al Servicio de Manejo de Fuego de la zona. Esta simple pero fundamental observación que realiza el Equipo de Manejo de Fuego entre las 16.30 y las 20.30 (las horas de máximo riesgo de incendio) se torna esencial para que los bomberos lleguen a tiempo y apaguen el fuego prematuro evitando una catástrofe ambiental.
Este ejemplo denota lo práctico que podría ser aplicar medidas de prevención de incendios en Argentina, en áreas propensas a quemarse. Convocar a personas interesadas en cuidar el ambiente para que vigilen los montes es solo una de las tantas estrategias que podrían aplicarse para disminuir la frecuencia de las catástrofes ambientales que ya estamos viviendo en nuestro país.
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Las medidas de prevención de fuego aplicadas en Portugal alertan rápido a los bomberos y permiten evitar incendios catastróficos como los de antes.
