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Eliminar malos olores y humedad: Uno de los usos más comunes del bicarbonato en las paredes es para combatir la humedad y los olores que esta genera. En hogares donde las paredes internas tienden a estar frías o mal ventiladas, la humedad se acumula y puede producir hongos o un olor desagradable.
Colocar bicarbonato en polvo en pequeñas cantidades cerca de las zonas afectadas (como zócalos o esquinas) ayuda a absorber la humedad del ambiente. El bicarbonato actúa como un deshumidificador natural. No va a solucionar una filtración grave, pero sí puede ayudar a reducir la condensación y a prevenir el moho superficial.
Limpiar manchas sin dañar la pintura: En casos de manchas suaves o marcas en la pared, como restos de lápiz, grasa o suciedad por el roce de muebles, hacer una pasta con bicarbonato y vinagre y aplicarla con un paño suave puede ser efectivo. Su acción abrasiva es lo suficientemente leve como para no dañar la pintura, siempre y cuando se use con moderación.
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Además, es un poderoso repelente de insectos: el bicarbonato puede actuar como repelente de ciertas plagas domésticas, especialmente cucarachas.
Cómo hacer este truco de limpieza
- Mezcla bicarbonato con agua (una cucharada por cada litro) o, bien, diluye dos tazas de vinagre con dos tazas de agua.
- Ponlo en un rociador.
- Antes, raspa un poco la pared, con una espátula o un cepillo de alambre.
- Ahora sí, rocía la mezcla, esparciéndola con un cepillo de lavar ropa.
- Deja que seque antes de volver a pintar.
