Esta extensa área incluye todo el territorio continental de Estados Unidos, la totalidad de América Latina, Australia, África y la mayor parte de Europa y Asia al sur del Círculo espacial Ártico. Prácticamente todas las grandes ciudades quedarían dentro de esta zona potencial de impacto.
Jonathan McDowell, astrofísico del Centro Harvard-Smithsonian, aclaró que las probabilidades de que el satélite caiga directamente sobre alguna persona representan "la habitual posibilidad de uno entre varios miles" asociada con los desechos espaciales.
Aproximadamente el 71% de la superficie terrestre está cubierta por agua, lo que aumenta las posibilidades de que Kosmos 482 termine en el océano, como ocurre con la mayoría de los escombros espaciales que regresan a nuestro planeta.
Los científicos no podrán precisar la zona potencial de aterrizaje hasta que la nave comience su descenso a través de la atmósfera, hecho previsto para el 10 de mayo, con un margen de variación de aproximadamente dos días.
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El satélite puede caer en una enorme franja.
La historia detrás del satélite
La sonda Kosmos 482 formó parte del programa Venera de la Unión Soviética. Este programa alcanzó logros con las sondas Venera 7 y 8, primeras naves espaciales que aterrizaron exitosamente en Venus durante 1970 y 1972.
Kosmos 482 fue fabricada como gemela de Venera 8. Sin embargo, debido a un mal funcionamiento del cohete Soyuz que la transportó al espacio, no alcanzó la velocidad necesaria para llegar a Venus, quedando atrapada en órbita terrestre.
Tras su fallido lanzamiento, Kosmos 482 se fragmentó en varias piezas. El cuerpo principal reingresó en la atmósfera el 5 de mayo de 1981, mientras que la Cápsula de Descenso permaneció en órbita no intencionada durante casi 53 años, convirtiéndose en uno de los objetos espaciales más antiguos circulando alrededor de la Tierra.
Este artefacto representa uno entre más de 1,2 millones de piezas de basura espacial mayores a un centímetro, según informes de la Agencia Espacial Europea (ESA).
Actualmente las colisiones orbitales y reingresos no controlados ocurren con mayor frecuencia. Según datos de la ESA, "satélites intactos o cuerpos de cohetes reingresan a la atmósfera terrestre en promedio más de tres veces al día", convirtiendo la caída de Kosmos 482 en parte de un problema más amplio relacionado con la acumulación de desechos en el espacio.