En ese sentido, advirtió que las personas que experimentan algún tipo de ansiedad anticipatoria, por lo general caracterizada por preocupaciones excesivas sobre eventos futuros, suelen mostrar ese tipo de comportamiento. Eses casos pueden generarse durante reuniones laborales o en algunos eventos sociales que puede originar alguna incomodidad emocional en la persona, indica tn.com.ar.
“El movimiento repetitivo de los pies puede ser una señal de que la persona está lidiando con una tensión interna o con pensamientos ansiosos que no puede controlar”, indicó la especialista.
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Mover un pie repetidamente puede tener diversas interpretaciones y estár vinculado a factores psicológicos
Hiperactividad o altos niveles de estrés
Joseph, quien también utiliza las redes sociales para educar sobre temas complejos de salud mental, destacó que otra causa frecuente de este tipo de comportamiento corporal es la hiperactividad o la presencia de un estado de alerta elevado. Explicó que en estos casos, el pie puede tener un movimiento de manera más rápida y errática, lo que estaría indicando una incapacidad para mantenerse quieto. Este tipo de situaciones puede darse comunmente en personas que enfrentan altos niveles de estrés o que podrían presentar trastornos de hiperactividad.
“Cuando el pie se mueve de manera constante y de forma desorganizada, podría ser un signo de exceso de energía o de una necesidad inconsciente de liberar esa acumulación emocional”, agregó.
Por último, Judith Joseph sostuvo además que el movimiento repetitivo del pie puede seguir un patrón específico y estar asociado al Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC): “Cuando una persona repite estos movimientos de manera controlada, incluso contando los pasos o siguiendo una rutina específica, esto puede indicar la presencia de síntomas relacionados con el TOC”.
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El movimiento del pie de manera repetitiva puede darse en personas con altos niveles de estrés o trastornos de hiperactividad
Qué hacer en caso de mover un pie de forma repetitiva contra el piso
Identificar la causa subyacente
- Reconocer si el movimiento está relacionado con ansiedad, hiperactividad, TOC o incomodidad emocional.
- Consultar con un especialista en salud mental para un diagnóstico adecuado.
Prácticas de relajación
- Incorporar técnicas como la meditación o ejercicios de respiración profunda.
- Probar yoga o actividades que promuevan la calma y reduzcan el estrés.
Gestionar la ansiedad
- Establecer rutinas diarias que incluyan descansos y actividades placenteras.
- Hablar con un terapeuta para aprender estrategias de manejo de la ansiedad.
Reducción del estrés físico
- Realizar estiramientos o masajes para aliviar la tensión en las piernas y pies.
- Cambiar de postura para evitar la acumulación de tensión.
Canalizar la energía
- Incorporar actividades físicas como caminar, trotar o ejercicios aeróbicos.
- Usar herramientas como pelotas antiestrés o bandas elásticas para liberar energía.
Modificar patrones compulsivos
- Identificar y registrar patrones repetitivos para tener mayor conciencia de ellos.
- Implementar técnicas de reemplazo, como cambiar el movimiento repetitivo por otro más funcional.
Ambiente calmado
- Crear espacios tranquilos y cómodos para trabajar o relajarse.
- Evitar ruidos fuertes y otros estímulos que puedan incrementar la inquietud.
Ayuda profesional
- Buscar terapia cognitivo-conductual (TCC) para aprender a manejar pensamientos intrusivos.
- Considerar opciones farmacológicas si un especialista lo recomienda