Un vuelo, un anillo y un secreto muy bien guardado
El 14 de febrero pasado, Día de los Enamorados, Marcos convenció a Nadya de hacer algo diferente. Le dijo que se había ganado un vuelo de bautismo a través de su trabajo, donde suelen organizar sorteos. Como ella es muy curiosa y siempre quiere estar al tanto de todo, lograr mantener el plan en secreto no fue tarea fácil.
Sin embargo, la excusa funcionó. Nadya aceptó volar sin imaginar que iba a recibir una propuesta tan poco convencional. La experiencia fue organizada en complicidad con el personal del Aeroclub de La Puntilla: el piloto Agustín Chiconi y una empleada, Irina, que se hizo pasar por otra pasajera pero tenía una misión muy especial: filmar el momento exacto de la propuesta.
“No quería hacer lo típico de pedirle matrimonio en un restaurante o durante un viaje. Quería algo distinto, inolvidable, que nos quedara grabado para siempre”, contó Marcos.
Claro que no todo salió como lo planificó. Las condiciones meteorológicas obligaron a suspender el vuelo tres veces antes de poder concretarlo. Pero la espera valió la pena.
El momento más alto y un "sí"
Finalmente, el cielo estuvo despejado y el plan se puso en marcha. La avioneta despegó rumbo a Tupungato y sobrevoló varias bodegas y paisajes mendocinos. En cada lugar especial, el piloto hacía alguna maniobra para permitirles apreciar mejor la vista. Mientras tanto, Marcos llevaba el anillo bien guardado, esperando el instante ideal para entregarlo.
Propuesta de casamiento de Marcos Rodríguez hacia Nadya. Semana de la Dulzura.jpg
Después de tres intentos fallidos por mal clima, la avioneta alquilada por Marcos despegó... y llegó la propuesta.
Archivo UNO
Cuando el avión ya estaba de regreso, y con el corazón acelerado, sacó el anillo… pero no le salieron las palabras. “Se quedó mudo. Solo me miraba, como si se hubiera olvidado lo que iba a decir”, recuerda Nadya entre risas. “Pero yo entendía todo. Igual le pregunté mil veces si era en serio”, agrega, emocionada.
La escena quedó registrada en video gracias a Irina, que fingía ser solo una pasajera más. Fue testigo privilegiada del instante en que el amor le ganó al miedo y al silencio.
Nadya Martínez y Marcos Rodríguez, propuesta de casamiento en las alturas.jpg
"No le salían las palabras, pero entendí todo", dijo ella el día de la propuesta.
De Godoy Cruz al altar
Ambos son de Godoy Cruz y han compartido más de una década y media de amor, con la complicidad que solo construyen los años y los momentos compartidos. “Ella siempre quiere saber todo, no se le escapa una… así que armar esto sin que sospechara fue todo un logro”, admite Marcos.
Ahora, con la fecha marcada en el calendario y en la cuenta regresiva, saben que la boda será otro capítulo inolvidable. Seguramente flotará la misma emoción que los envolvió aquel día en que el cielo fue testigo del comienzo de una nueva etapa.