Psicología

Las seis frases que utilizan las personas manipuladoras, según la psicología

La psicología advierte que algunas personas manipulan sutilmente usando frases cotidianas que generan culpa o confusión. Te contamos cuales son.

Desde la psicología, se reconoce que algunas personas ejercen una forma de manipulación sutil que puede pasar desapercibida. Sin levantar la voz ni recurrir a la confrontación directa, logran influir en los pensamientos, emociones y decisiones de los demás, distorsionando la realidad en beneficio propio. Este tipo de comportamiento, aunque difícil de detectar, suele manifestarse a través de frases cotidianas que generan culpa, inseguridad o confusión en quien las escucha.

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Las seis frases que utilizan las personas manipuladoras, según la psicología

La psicóloga Courtney S. Warren, de la Universidad de Harvard, explicó en la BCC que estas frases suelen repetirse y que conocerlas puede ayudarte a proteger tu autoestima y poner límites a tiempo.

Algunas frases típicas de una persona manipuladora:

  • "Estás loco/a" "Eres muy sensible"
  • "Estás exagerando"
  • "Era una broma"
  • "Lo hice por vos"
  • "Solo te digo esto porque te quiero"
  • "Todo esto es culpa tuya"

Estas frases, aunque suenen inofensivas o incluso cariñosas, muchas veces buscan lo contrario: desestabilizarte. Se cuestiona tu versión de los hechos, se ridiculizan tus emociones o se justifican acciones dolorosas. Todo esto es parte de lo que se conoce como gaslighting, una forma de manipulación en la que la víctima empieza a dudar de su percepción y termina sintiéndose confundida, ansiosa o incluso culpable sin razón.

También es común que el manipulador minimice sus actos, se niegue a asumir responsabilidades o cambie de tema cada vez que se lo enfrenta con algo que hizo mal. Lo cierto es que intentar cambiar a este tipo de personas es muy difícil, y muchas veces termina siendo desgastante.

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¿Qué puedes hacer?

En lugar de tratar de modificar al otro, lo más sano es enfocarte en vos. Aprender a decir "no", poner límites claros y no anteponer siempre las necesidades ajenas a las tuyas son pasos clave. Desarrollar tu asertividad, esa habilidad para expresar lo que sentís y piensas con firmeza y respeto, puede ser tu mejor herramienta.

Si una relación te hace sentir constantemente mal, no estás obligado a quedarte ahí. Reconocer la manipulación es el primer paso para salir de ese círculo y recuperar tu bienestar emocional.

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