A lo largo de la historia, pocas organizaciones secretas en la humanidad han generado tanta fascinación y teorías conspirativas como los Illuminati. Desde su fundación en la Baviera del siglo XVIII hasta su disolución apenas unos años después, esta sociedad secreta ha sido objeto de especulación, teorías y leyendas.

Sin embargo, la verdadera historia de los Illuminati está marcada más por sus ideales ilustrados que por planes de dominación mundial. Conocer quiénes fueron y cómo influyeron en su tiempo permite comprender por qué su mito persiste hasta hoy.

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La sociedad secreta más famosa en la historia de la humanidad

Según la BBC los Illuminati fueron fundados en 1776 por Adam Weishaupt, un profesor de derecho canónico en la Universidad de Ingolstadt, en Baviera (actual Alemania). Weishaupt, influido por las ideas de la Ilustración, creó esta sociedad con el propósito de promover la razón, la libertad de pensamiento y la moral secular frente al poder de la monarquía y la Iglesia.

Su estructura estaba inspirada en modelos de sociedades secretas como la masonería, aunque sus objetivos iniciales eran más intelectuales que políticos. A lo largo de su breve existencia, atrajeron a profesores, abogados y estudiantes interesados en reformar la sociedad y el gobierno desde dentro.

El "Ojo de la Providencia", un símbolo con un ojo dentro de un triángulo presente en iglesias, edificios masónicos y el billete de un dólar, está asociado tanto con la masonería como con los Illuminati, representando su supuesto control y vigilancia mundial.

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Influencia en la historia

A pesar de su breve vida, los Illuminati lograron infiltrarse en algunos círculos intelectuales y políticos de Baviera. Sus miembros promovían reformas educativas y sociales, defendiendo ideales como la igualdad y la libertad de expresión. Sin embargo, su carácter clandestino y su ambición de influir en la política despertaron las sospechas del gobierno bávaro, que en 1785 prohibió la organización y persiguió a sus miembros.

Aunque los Illuminati se disolvieron oficialmente, sus ideales ilustrados influyeron indirectamente en otros movimientos progresistas de la época, dejando una huella en el pensamiento liberal europeo que perdura hasta hoy.

Para unirse a los Illuminati se necesitaba el consentimiento de los miembros, ser rico y tener buena reputación, además de avanzar en un sistema jerárquico que inicialmente tenía tres niveles, pero que luego se extendió a 13 grados de iniciación.

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