Muchas son las personas que piensan que, por su denso pelaje, los gatos son incapaces de sentir las bajas temperaturas. Sin embargo, están completamente equivocados. De hecho, hay una señal que muchos ignoran y hasta normalizan y, de hecho, significa que la mascota está pasando frío.
Los gatos pueden mostrar ciertos comportamientos a la hora de pasar frío
Factores como la edad, la salud, la raza y la exposición previa al frío también influyen en su tolerancia de un gato con respecto a las bajas temperaturas.
La señal que muchos ignoran y significa que un gato está pasando frío
A diferencia de los perros, los gatos no siempre dan señales tan evidentes de incomodidad, por eso es importante saber detectar cuándo tienen frío y tomar cartas en el asunto a tiempo.
En este sentido, y aunque su pelaje les da algo de protección, hay que decir que los gatos de pelo corto, los de edad avanzada o los más pequeños, pueden sentir frío e incluso sufrir hipotermia si no están bien resguardados.
Sin más rodeos, hay una señal que muchos normalizan e ignoran y puede significar que el gato está pasando frío en ese momento, y es el hecho de que el felino eriza el pelo.
Los expertos en veterinaria de K&H Pet Products son los que explican, dentro de todos los comportamientos, que los gatos erizan su pelo cuando están en baja temperatura corporal.
El pelo erizado le permite al gato conservar más aire caliente cerca del cuerpo. Si lo notas con el pelaje más levantado de lo normal, puede ser por el frío. Sin embargo, el pelo erizado también puede indicar otras cosas, como miedo, estrés o agresividad.
Otras señales que indican que un gato tiene frío
Además del pelaje erizado, un gato que está pasando frío puede dar las siguientes señales o muestras evidentes:
- Temblores o escalofríos: al igual que los humanos, los gatos pueden temblar cuando tienen frío.
- Búsqueda de calor: un gato con frío puede buscar lugares cálidos para acurrucarse, como rayos de sol, radiadores o mantas.
- Comportamiento retraído: un gato que tiene frío puede volverse menos activo y más retraído.
- Piel fría al tacto: las extremidades (orejas, patas, cola) de un gato que tiene frío pueden sentirse frías al tacto.