En sus breves afirmaciones, la mujer sanrafaelina minimizó el episodio por el cual fue denunciada por su esposo y sostuvo: "No fue más que una discusión”.
En esa línea, afirmó que su historia judicial previa -el homicidio culposo de Genaro Fortunato- influye en cómo se interpreta su presente: “Acá lo que está pesando es mi nombre”.
Julieta Silva cumple prisión domiciliaria desde que fue detenida por esta nueva causa de violencia familiar (porque tiene una hija de un año), pero además cuenta con una medida de prohibición de acercamiento a su marido.
Según trascendió, Lucas Giménez llamó el miércoles al 911 desde el baño de su casa tras una discusión en la que, según él, Silva lo agredió físicamente. Cuando llegó la policía, constataron que tenía inflamaciones y escoriaciones compatibles con golpes. Este jueves, ella fue imputada por lesiones leves.
La historia judicial de Julieta Silva
Silva fue condenada en 2018 a tres años y medio de prisión por el homicidio culposo de Genaro Fortunato, su entonces pareja y joven rugbier de San Rafael.
El hecho ocurrió en septiembre de 2017 luego de una discusión dentro del boliche La Mona. La mujer salió antes que él, se subió a su auto y lo atropelló cuando Fortunato intentaba abrir la puerta del vehículo. Los atenuantes -lluvia intensa, uso de anteojos y la falta de intención homicida- determinaron que la calificación fuera culposa.
Después de cumplir su condena, Silva recuperó la libertad y se casó con Giménez, con quien tuvo una hija el año pasado. La relación, sin embargo, entró en conflicto recientemente, cuando ambos terminaron denunciándose mutuamente por violencia de género. La causa se encuentra ahora en la Fiscalía Especializada.
El padre de Genaro Fortunato: "Pensé que esto iba a volver a pasar”
Miguel Fortunato, padre del joven fallecido en 2017, también habló con Mediodía Noticias tras conocerse la nueva denuncia contra Silva.
“Nos enteramos por los medios locales. De todas formas, en mi yo más íntimo, pensé que esto iba a volver a pasar”, afirmó. Para Fortunato, “había demasiados indicios” que hacían prever que Silva podía volver a cometer hechos violentas.
Aunque aclaró que no puede saber si había intención de matar en el caso de su hijo, sostuvo que la percepción familiar era que existía un componente peligroso en la personalidad de Julieta Silva.