Sin gastar demasiado, puedes tener una piscina impecable con un truco casero sencillo y muy efectivo
Tu piscina quedará como nueva.
Mantener una piscina limpia no requiere gastos excesivos ni productos químicos agresivos. Existe un truco casero y económico que utiliza ingredientes comunes para lograr un agua cristalina sin recurrir al cloro, lo que hace además que nadar en ella sea un placer.
El bicarbonato de sodio se convierte en un aliado fundamental para el cuidado de la pileta. Este producto versátil, presente en muchos hogares, cumple múltiples funciones en el mantenimiento acuático. Su principal beneficio radica en su capacidad para aumentar la alcalinidad del agua.
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La aplicación es sencilla: se agregan 500 gramos de bicarbonato si la piscina es pequeña, 1 kilogramo si es grande, y 2 kilogramos si es muy grande. Esta acción eleva la alcalinidad en 10 partes por millón, lo que contribuye al equilibrio químico y previene problemas futuros.
Además de regular la alcalinidad, el bicarbonato de sodio actúa como un eficaz limpiador de superficies. Los azulejos y la lechada de la pileta recuperan su brillo original con una simple pasta elaborada a base de bicarbonato y agua.
Para llevar a cabo el truco casero de limpieza, se aplica la mezcla sobre las áreas manchadas, se deja actuar brevemente y se frota con un cepillo suave. El enjuague posterior revela unos azulejos impecables y relucientes.
El vinagre blanco emerge como otro protagonista en esta alternativa natural al cloro. Su acidez natural lo convierte en un poderoso agente contra las algas y bacterias que proliferan en el agua estancada.
La aplicación del vinagre se realiza de forma directa, vertiendo una cantidad generosa en las zonas afectadas por el crecimiento de algas. Su acción desinfectante elimina estos organismos indeseados y previene su reaparición.
El vinagre también destaca por su capacidad para equilibrar el pH del agua. Un pH desbalanceado genera problemas como irritación en la piel y los ojos de los bañistas, además de afectar la efectividad de otros productos de limpieza. La adición gradual de vinagre ayuda a ajustar el pH a niveles óptimos, garantizando un agua saludable y agradable para el baño.
La vitamina C completa este trío de ingredientes caseros para el mantenimiento de la pileta. Su poder antioxidante la convierte en una opción natural para combatir la acumulación de metales en el agua.
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El proceso consiste en disolver tabletas de vitamina C en el agua de la pileta. Esta acción neutraliza los metales presentes, evitando la formación de manchas y decoloraciones en las superficies sumergidas.