Sin embargo, también es una zona con múltiples amenazas ambientales, desde contaminación hasta actividades humanas invasivas. Por eso, desde la organización brasileña han emitido una alerta a universidades, pescadores y otros aliados estratégicos para estar atentos a un posible avistamiento. Quieren no solo saber por dónde anda, sino verlo. Sentir, de algún modo, que el tortugo Jorge está realmente bien.
tortugo Jorge recorrido por Río de Janeiro
El cuidado del tortugo Jorge une países, personas e instituciones
El monitoreo de Jorge sigue en manos de las instituciones argentinas que lideraron su rehabilitación: el Museo Argentino de Ciencias Naturales, el Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras, y los acuarios de Mendoza y Mar del Plata. Desde allí reciben las señales que emite el transmisor que Jorge lleva en su caparazón.
Pero ahora, ese trabajo se entrelaza con el de Projeto Aruanã, una organización dedicada a la protección de tortugas marinas que depende del Instituto de Investigación Ambiental Littoralis, con apoyo de Petrobras. Ellos actúan en Río de Janeiro, Brasil y coordinan con los equipos argentinos. Jorge se ha convertido así en una especie de embajador marino, símbolo del trabajo conjunto por la libertad de las especies.
Un tortugo famoso: de Mendoza a la tapa de NatGeo
El tortugo Jorge no solo es un ejemplo de supervivencia, sino también una celebridad. Hace unas semanas, su historia fue elegida por la revista National Geographic para ilustrar la portada de su edición impresa. La foto mostraba su imponente figura en el mar, junto con un extenso artículo que narraba su increíble recorrido.
Desde su llegada al ex acuario de Mendoza, con una aleta dañada y pocas probabilidades de vivir, hasta esta nueva vida en libertad, Jorge ha conmovido a miles de personas.