Los arqueólogos quedaron sorprendidos por la avanzada ingeniería de este descubrimiento. Todos los detalles
La Biblia tiene un nuevo sustento arqueológico
Un notable descubrimiento ha dejado perplejo y tranquilo al mundo de la arqueología, ya que con él pueden resolver un enigma de la materia que estaba presente, al menos, de hace 150 años. Este hallazgo fue anunciado el pasado domingo por las autoridades.
En concreto, el descubrimiento en cuestión tiene como sede a quizás la principal ciudad que se menciona en la Biblia, Israel, donde se encontró un foso antiguo con grandes características a analizar.
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La fosa había sido ignorada por los arqueólogos durante más de un siglo y medio. Cuando la encontraron, los mismos pudieron comprobar que esta estructura dividía a Jerusalén en dos.
Así las cosas, el Palacio y el Monte del Templo quedaban separados de la ciudad mencionada en la Biblia, por lo que se cree que este descubrimiento tenía una finalidad de fortificación y protección.
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Los encargados del hallazgo revelaron que no se sabe cuando fue excavado este pozo originalmente, aunque hay algunas pruebas que sugieren que el mismo se utilizó hace casi 3.000 años, a partir del Rey Josías.
Una de las cosas por las que este descubrimiento tomó por sorpresa a los investigadores tiene que ver con los avanzados recursos en ingeniería que este presentó, teniendo en cuenta la época mencionada.
Repasando algunos textos bíblicos, también se ha informado que es la Biblia la que menciona el descubrimiento en uno de sus pasajes, más precisamente en el primer Libro de los Reyes. (11:27)
Allí, se describe al rey Salomón como el constructor de la construcción, bautizada como el "millo, cerrando la brecha de la Ciudad de David, su padre".
Con muchos puntos que resolver, la arqueología general espera informar los resultados concretos de este descubrimiento en agosto. Nuevamente, la literatura de la Biblia tiene un sustento físico del cual apoyarse.