Las chinampas circundantes muestran el ingenio agrícola prehispánico que perdura hasta nuestros días. En estas parcelas flotantes tradicionales se cultivan verduras frescas como lechuga, perejil, repollo y coliflor, además de hierbas aromáticas típicas de la gastronomía mexicana. La producción de flores coloridas complementa el panorama visual, creando un tapiz cromático que abastece a gran parte de Ciudad de México.
La experiencia de navegación resulta particularmente atractiva para viajes familiares o grupales. Con capacidad para hasta 18 personas por embarcación, las trajineras ofrecen un recorrido personalizado a precios accesibles: 500 pesos mexicanos por hora, tarifa que permite disfrutar del paisaje sin apresuramiento.
Los remeros locales, conocedores profundos del área, establecen la duración ideal del trayecto según las expectativas de cada grupo. Su conocimiento del entorno enriquece la experiencia con datos históricos y curiosidades sobre este ecosistema acuático.
La cara desconocida del turismo en México
Las nuevas regulaciones implementadas buscan garantizar la seguridad tanto de visitantes como de prestadores de servicios. A diferencia de otros destinos similares, el lago de los Reyes Aztecas promueve una aproximación contemplativa al entorno, donde el consumo de alcohol pasa a segundo plano frente a la riqueza cultural y natural del espacio.
El carácter etéreo que adquiere el paisaje, especialmente durante las primeras horas de la mañana o al atardecer, atrae a fotógrafos y artistas que buscan capturar la esencia auténtica de esta porción de México ancestral que resiste al paso del tiempo.
lago.jpg
Esta laguna es un tesoro oculto.
La cercanía con Ciudad de México convierte este destino en una excursión perfecta para quienes disponen de tiempo limitado pero desean alejarse brevemente del ritmo urbano. El contraste entre el bullicio metropolitano y la calma del lago resulta particularmente impactante para los visitantes.
Este rincón de Tláhuac representa una faceta distinta del turismo acuático mexicano, donde la preservación del patrimonio natural y cultural todavía prevalece sobre la masificación. El lago de los Reyes Aztecas aguarda, paciente, a quienes busquen explorar México desde una perspectiva más auténtica y menos concurrida.