Técnica horizontal: la clave
La plantación de chepica requiere un enfoque diferente al tradicional. Contrariamente al método vertical habitual, esta planta prospera cuando se coloca horizontalmente en el suelo, imitando su forma natural de propagación en el jardín.
El proceso comienza con la selección de brotes largos de una mata existente, preferiblemente aquellos que ya muestran intenciones de expansión y cuentan con raíces preliminares. Estas estructuras, que asemejan tentáculos verdes, constituyen la base para iniciar nuevas áreas de césped en cualquier terreno disponible.
La preparación del terreno resulta igualmente importante. Se debe cavar un surco alargado de aproximadamente 5 a 10 centímetros de profundidad y con una longitud equivalente a tres cuartos del brote seleccionado. Esta medida precisa garantiza que la chepica encuentre el equilibrio perfecto entre protección y exposición al aire libre.
Una vez depositado el brote en posición horizontal, con las raíces orientadas hacia abajo, se cubre con tierra dejando que algunas hojas sobresalgan en el extremo opuesto. Este método respeta el patrón de crecimiento natural de la planta, permitiéndole establecerse con mayor firmeza en su nuevo entorno de jardín.
Épocas ideales para conseguir el mejor jardín
El éxito de la chepica depende en gran medida del momento elegido para su plantación. Los expertos recomiendan realizar este proceso durante el otoño o inicios del invierno, aprovechando la humedad natural del ambiente y las precipitaciones frecuentes características de estas estaciones.
La elección estratégica del período de plantación representa un importante ahorro tanto en recursos hídricos como en tiempo de dedicación. El agua de lluvia proporciona la hidratación necesaria para que las raíces se establezcan firmemente, eliminando la necesidad de riegos frecuentes que consumen tiempo y elevan los costos de mantenimiento del jardín.
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La chepica llega a ser considerada invasiva debido a la fuerza que tiene al crecer, algo que es bueno en el jardín.
El mantenimiento posterior sigue pautas específicas para garantizar su desarrollo óptimo. Cuando las hojas alcanzan cierta altura, resulta fundamental realizar podas periódicas para evitar que la planta crezca excesivamente hacia arriba, redirigiendo así su energía hacia una expansión horizontal que cubrirá progresivamente todo el terreno con un denso manto de césped.
Para regiones con climas secos, esta variedad puede representar un desafío debido a sus necesidades hídricas. En zonas desérticas o semidesérticas, los jardineros deberían considerar alternativas más adaptadas a la escasez de agua, respetando las características naturales del entorno donde se desea sembrar.