El óxido en la ducha hace que nuestro baño sea vea poco estético. Las manchas anaranjadas o marrones que aparecen en las paredes, grifos y puertas de vidrio también son una señal de que el agua contiene hierro. Pero no todo está perdido: con un truco casero y pocos ingredientes, puedes eliminar el óxido de manera efectiva y económica.

¿Por qué aparece el óxido en la ducha?

El óxido en la ducha se forma cuando el agua rica en hierro entra en contacto con superficies metálicas. Este mineral, presente en algunas fuentes de agua, se oxida cuando entra en contacto con el aire, creando manchas que se adhieren a las superficies de los accesorios del baño, como grifos, duchas y azulejos. La humedad constante en estos espacios favorece este proceso, haciendo que el óxido se acumule con el tiempo.

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El truco casero ideal para quitar el óxido de la ducha

Afortunadamente, existe un truco casero que son tanto efectivas como seguras para eliminar el óxido sin dañar las superficies de tu baño. Uno de los más efectivos y sencillos involucra el uso de vinagre blanco y bicarbonato de sodio, dos productos naturales que seguramente ya tienes en casa. Para eso necesitarás:

  • Vinagre blanco
  • Bicarbonato de sodio
  • Una esponja o trapo
  • Un recipiente pequeño (opcional)

Este es el paso a paso:

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  1. Rociar el vinagre: Primero, empapa un trapo o esponja con vinagre blanco y frota las áreas afectadas por el óxido. El vinagre blanco es un ácido suave que ayudará a disolver el óxido.

  2. Dejar actuar: Deja reposar el vinagre durante unos 10-15 minutos para que haga efecto. El ácido del vinagre atacará la base del óxido, ablandándolo.

  3. Aplicar bicarbonato: Pasado el tiempo de reposo, espolvorea bicarbonato de sodio sobre la superficie mojada con vinagre. El bicarbonato actuará como abrasivo suave que eliminará las manchas más persistentes.

  4. Frotar y enjuagar: Usando la esponja o un trapo limpio, frota las manchas de óxido con movimientos circulares. Si las manchas son muy difíciles, puedes repetir el proceso varias veces. Finalmente, enjuaga bien con agua tibia.

Si el óxido es muy resistente, puedes preparar una pasta espesa con bicarbonato de sodio y agua, aplicarla sobre la mancha y dejarla reposar por más tiempo antes de frotar. Para una limpieza profunda de las puertas de vidrio, también puedes usar una mezcla de vinagre blanco y agua en partes iguales. Rocíalo sobre las superficies y limpia con un trapo de microfibra.

El vinagre blanco es ácido y actúa como un disolvente natural del óxido, mientras que el bicarbonato de sodio, al ser ligeramente abrasivo, ayuda a remover las manchas más rebeldes sin rayar las superficies. Juntos, estos dos ingredientes logran un efecto limpiador y desinfectante muy eficaz.

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