Carolina Jacky es una de las abogadas más reconocidas de Mendoza, por su ferviente lucha por los derechos de las mujeres. Sin embargo no siempre fue Carolina, es más, durante 53 años fue Jorge, hasta que se decidió a realizar el cambio más importante de su vida. En una extensa charla con Radio Nihuil, la abogada hizo un repaso de todo lo que vivió, y padeció, hasta el día en el que se liberó.

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Carolina nació en 1952 y fue unos seis o siete años después que empezó a notar que algo no estaba bien. A esa edad no lo entendía, porque el contexto tampoco la ayudaba.

"En Mendoza en esa época había dos radios, no había televisión, era otra época y hay que ubicar el contexto. Palabras como gay no existían, ni hablar LGTB o todo lo que hay ahora. Lo que invito a pensar es qué pasa en un niño o una niña que en esas edades hay ciertas cosas que le llaman la atención pero los mayores le hacen ver que eso no les tiene que gustar", expresó.

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Esa relación, Carolina la hace en base a dos recuerdos que todavía tiene latentes. Uno de ellos tiene que ver con que la mayoría de las amigas de su madre están embarazadas, entonces ella todas las noches pedía a la Virgen, cuando rezaba, tener un bebé en su panza.

El otro recuerdo es de algunos años después, de la adolescencia, cuando tuvo hepatitis y pasó tres meses en cuarentena. "Había una sola revista, que era la Billiken, y traían siempre manualidades. Yo le pedí a mi mamá que me trajera todo para hacer bordado y mi mamá me dijo que eso era de nena, no de nene".

Además, recuerda, en esa etapa estaba desarrollándose pero no como correspondía, por lo que la llevaron al médico, que les dijo a sus padres que si seguía así, terminaría siendo una nena.

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"Para crecer me dieron hormonas masculinas y me mandaron a la foniatra para engrosar las cuerdas vocales. Tiempo después y estando Carolina, el mismo médico me dijo que hizo lo que la medicina decía que había que hacer", contó en Nihuil.

Identidad

Carolina vivió gran parte de su vida siendo Jorge, incluso se recibió, se casó y tuvo hijos. Pero algo no estaba bien dentro suyo, no se sentía como quería, y comenzó a investigar de qué se trataba.

"Cuando llega internet permitió el anonimato e ingresar a consultar a médicos del mundo, sin dar a conocer la identidad. Recibí información con la que empecé a investigar y entendí que lo mío no es un tema de orientación sexual, es identidad de género", relató.

Internet, además, le permitió empezar a conectarse con personas que pasaban por lo mismo, y entendió que no era ella sola la que estaba viviendo eso.

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"Empecé a hablar con personas de distintas partes del mundo. A través de una persona de Perú, conseguí el dato de una persona de Buenos Aires que iba por mi mismo camino. Me conecté con ella por mail y me transmitió mucha información", rememoró la abogada.

Esa mujer no solo estaba en Buenos Aires, donde el tema estaba más avanzado que en Mendoza, además estaba haciendo el tratamiento de hormonas con una de las endocrinólogas más importantes y reconocidas del país.

"Ahí ya tenía más de 50 años. Como nací en la época equivocada fue difícil. Cuando tenía más de 50, ella tenía 34, estaba haciendo el tratamiento y en ese mismo momento había una chica de Córdoba de 14 años, que es la primera menor de edad en Lationamérica que recibe por orden judicial la autorización para la cirugía y el cambio de nombre del DNI", agregó Carolina.

Todo eso la ayudó a tomar la decisión, pero también fue clave el trabajo con médicos y un psicólogo, que le recomendó que lo hiciera porque de esa manera iba a poder "liberarse".

"Cambió mi calidad de vida, sobre todo por mi cabeza. Mejoró mi nivel de producción en todo punto de vista, el rendimiento en el trabajo, por ejemplo", cerró Jacky.

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