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Las voluntarias y voluntarios del Centro de Ayuda al Suicida atienden llamados dos horas por semana para asistir a personas en crisis
Particularidades de las personas que consultan al Centro de Ayuda al Suicida
Según explicó Jáuregui, la cantidad de llamados ha ido en aumento desde marzo del año pasado. “Se nota el impacto de lo social, lo económico, lo laboral. Hay muchas personas en situaciones desesperantes”, advierte. Pero lo que más llama la atención al equipo del CAS es la edad de quienes se comunican: “Hay chicos y chicas de apenas 13 años que nos llaman. Y cada vez son más”.
En cuanto a los chicos adolescentes y a los jóvenes, uno de los grandes temas es el de querer independizarse y no contar con las herramientas necesarias para hacerlo.
Hay algunas particularidades que hace que las mujeres adultas consulten más. En primer lugar, el hecho de no haber encontrado o de repente sentir que sus vidas no tienen un propósito determinado. "Si no sabemos por qué estamos acá, para qué nos vamos a querer quedar?" soltó Alba. y fue un poco más allá: las mujeres consultan más también porque son las que más hablan de las emociones. En cambio, los varones consultan menos, pero son los que concretan más el suicidio. Esto puede estar relacionado a que no están acostumbrados de hablar de los sentimientos.
Cómo es el trabajo que realizan los voluntarios del Centro de Ayuda la Suicida
El CAS funciona todos los días, de 9 a 21, con guardias para situaciones de emergencia. Está integrado por personas voluntarias que atienden turnos semanales de dos horas. No hacen terapia ni seguimiento de casos: su tarea es escuchar y contener en momentos de crisis.
“Nuestra función es sostener. Dar opciones creativas frente a una angustia que muchas veces no está relacionada con una intención suicida directa, pero que puede llevar a ese límite si no se interviene a tiempo. Alumbrar un poco la oscuridad”, resume Jáuregui.
En casos extremos, si la persona que llama lo autoriza, el CAS activa un “doble comando”: mientras un voluntario sostiene la comunicación, se da aviso al 911. Así, un equipo de salud mental y seguridad puede acudir al domicilio para asistir la emergencia.
Soledad, vínculos rotos y el valor de la escucha
Aunque muchos llamados responden a situaciones graves, otros tienen como raíz una soledad persistente. “Hay personas que llaman porque no tienen con quién hablar, porque sienten que no valen, que no pueden vincularse”, describe. En esos casos también se ofrecen estrategias de afrontamiento, pero sin invadir ni dirigir: el eje siempre es acompañar desde el respeto.
Los voluntarios no diagnostican ni juzgan. Hacen preguntas para conocer mejor a la persona que está del otro lado de la línea y adaptan su escucha a esa historia particular. “Crear un vínculo, aunque sea por unos minutos, puede marcar la diferencia”, señala Jáuregui.
El CAS realiza una convocatoria anual para sumar nuevos voluntarios. Este año se postularon 54 personas, una cifra menor que en otras ocasiones. “No cualquiera puede ser voluntario. Hay que tener un perfil determinado. Por eso hacemos entrevistas de selección”, explica.
La tarea es completamente voluntaria y no remunerada. Además de los turnos semanales, los miembros del CAS participan en dos reuniones mensuales para compartir experiencias y fortalecer la red interna.
Cómo comunicarse con el Centro de Ayuda al Suicida
Las personas que piensen en el suicidio como una forma de solucionar sus problemas, pueden comunicarse al 0-800-8000-135 o al 261-5570314, pueden comunicarse a través de WhatsApp llamadas, no mensajes porque los voluntarios no chatean con las personas que piden ayuda, pero si responden todas las llamadas.