A un mes de la tragedia de la Cuesta de Los Terneros, Daiana Bauzá acompañada de su hermano, viajó a San Rafael a agradecer a quienes la ayudaron y a tratar de entender qué pasó ese 25 de junio cuando el micro en el que viajaba volcó y murieron 15 personas entre ellas su pequeña hija que formaba parte de la escuela de danzas Soul Dance.
Es que Daiana no cae todavía y sigue esperando a su hija, la busca en una pesadilla que parece no tener fin.
"Viajé a San Rafael primero a agradecer a este pueblo y a las personas que estuvieron a mi lado después del accidente que le costó la vida a mi hija", dijo Daiana a Canal 6.
Junto a su hermano y en la entrada a la guardia del Schestakow, símbolo de la solidaridad y atención que recibieron los accidentados y sus familiares, la mujer narró la terrible experiencia que le tocó vivir.
"Quedé atrapada en el micro creyendo que no había sido tan grave el accidente hasta que salí con la ayuda de dos personas. Ahí ví el horror, gritos, gente muerta y no estaba mi hija", recordó la joven madre.
"Enseguida tuve un mal presentimiento hasta que me enteré de su muerte", explicó y agregó que "perdí 3 amigas y ví como sus hijas lloraban".
"Maitena era una nena feliz, vino a San Rafael con toda la ilusión de bailar y conocer la nieve junto a sus amiguitas", dijo y añadió que "ojalá descanse en paz, se fue contenta".
La madre que no se cansó de agradecer todos los gestos y la contención que le dieron tras el trágico suceso recordó que "ella había dejado la escuela de danza pero volvió. Nos enteramos del viaje pero no ibamos a venir porque teníamos un inconveniente familiar".
En este triste contexto señaló que "al principio me enojé con Dios pero ahora me aferró a la fe esperando que Maitena esté bien", expresó
Y mencionó que "vine a buscar consuelo, paz, sentía que tenía que hacerlo".