Hay un refrán, por cierto nada justo con el noble accionar de los Bomberos y esa hermosa vocación, que dice más o menos así: "llegaste tarde, como los bomberos". La referencia es a llegar después de que pasan las cosas. Reaccionar al incendio producido por el cortocircuito sin haber advertido, tal vez siendo evidente, las deficiencias de la instalación eléctrica.
Como país nos pasa permanentemente eso. Así, tenemos tragedias a cuestas que eran, parafraseando al título de la obra de Gabriel García Márquez, "Crónica de una muerte anunciada". Cromañón, la Tragedia de Once con los trenes y ahora la desaparición del submarino ARA San Juan.
El descontrol de la noche y los boliches se sabía, seguramente nadie pensó en una tragedia de la magnitud de Cromañón, pero eran cosas de la noche que se conocían. El estado de los trenes ni hablar, es un asunto que saltaba a la vista al verlos o al viajar en ellos. Y ahora esta triste historia del submarino y sus 44 tripulantes es un triste episodio que podría haber pasado en cualquier otra de las áreas de las Fuerzas Armadas. Un avión militar siniestrado, un tanque, accidentes como esos no serían de extrañarse teniendo en cuenta el abandono de las Fuerzas Armadas y por ende del material. Aviones viejos, obsoletos, sin horas de vuelo, etc. Y el submarino igual. Lo único que al llevar 44 vidas impacta más, porque además está la misma desaparición que lo vuelve todo más incierto, más triste.
La falta de control es un elemento a juzgar para explicar todas estas tragedias. El desinterés y la desinformación lo mismo. Ahora muchos se "enteran" que la Armada tiene barcos y submarinos de la época de Colón (perdón la exageración, soy argentino) y ya se habla de planes de mejorar las estructuras.
Lo que temo preguntar, o mejor dicho temo la respuesta, es lo siguiente. Pese a las tragedias en Cromañón, en Once y ahora en el mar argentino... ¿realmente mejoró todo para que no pase de nuevo? ¿Realmente la seguridad mejoró en los boliches? ¿Y en los trenes?
Ojalá que sí. Que al menos seamos como los bomberos, buenos en su tarea de apagar el incendio y que no se reencienda.
